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Los desencuentros de Iker

  • Mourinho arrebató al portero su titularidad en el Madrid, al igual que Del Bosque en Francia

El trayecto oscuro de Iker Casillas se inició con José Mourinho y acabó con Vicente del Bosque, dos entrenadores muy diferentes que, sin embargo, cometieron una misma osadía: sentar en el banquillo al legendario portero y generar indisimulados conflictos.

Algo grave debió de ocurrir durante la Eurocopa para que el habitualmente conciliador Del Bosque pronunciara públicamente el nombre de Casillas dentro de un contexto negativo.

Muy atrás queda ahora aquella conversación que tuvieron ambos antes de la Eurocopa, revelada por el propio Del Bosque, en la que el guardameta le pidió que lo llevara a la Eurocopa, aunque fuera para ser suplente.

En Francia se vio a un Casillas animando al grupo durante los partidos y entrenando con absoluta corrección. Otra cosa es lo que sucediera dentro del búnker de la selección en la Isla de Ré, donde se concentró hasta que cayó frente a Italia.

La situación remite a aquella vivida el 22 de diciembre de 2012, el comienzo del fin de Casillas en el Real Madrid. Entonces, Mourinho decidió sentarlo en el banquillo en un partido ante el Málaga. Aquello produjo todo un incendio y la prensa se alimentó durante mucho tiempo de rumores e historias extradeportivas.

La realidad es que el madrileño perdió ese día su situación de intocable en el club blanco y se sentaron las bases de una profunda división en la hinchada entre mourinhistas y casillistas.

Las filtraciones a la prensa fueron constantes. Unos decían que Mourinho era un tirano. Otros, que Casillas era el topo del vestuario, el hombre que revelaba a la prensa conflictos internos.

En este tiempo, Casillas cambió su personalidad y pasó de afable a arisco. El diario El Mundo publicó hace un año una entrevista en la que el padre del portero aseguró: "No me hablo con mi hijo, pero quiero lo mejor para él y que lo asesoren bien en su entorno para que no acabe fregando urinarios". También El País habló de eso al advertir la existencia de "un conflicto con sus padres por culpa de la sociedad que administra sus bienes".

Mientras, Casillas fue asumiendo un nuevo papel, el de suplente. Y sus diferentes compañeros fueron hablando a lo largo de los años de lo que fue compartir guantes con él en los entrenamientos.

"Iker y yo nos conocimos con 18 años y estuvimos juntos casi cuatro. Salíamos juntos a cenar, pero con el tiempo las cosas van cambiando. Siempre nos hemos respetado como compañeros", contó Diego López, quien le quitó la titularidad en el Madrid.

Keylor Navas, con quien alternó la portería hace dos años, afirmó recientemente: "La relación era diferente a la que ahora tengo con Kiko y Rubén (actuales compañeros en el Madrid). No digo que con él fuese mala, pero con ellos fue mucho mejor".

David de Gea manifestó antes de la Eurocopa: "Somos compañeros, nos llevamos bien y cada uno intenta hacer las cosas lo mejor posible".

A sus 35 años, Casillas continúa ahora su extraño viaje del final de su carrera, un trayecto que incluyó su conflicto con Mourinho, su salida del Madrid por la puerta de atrás, su temporada irregular en el Oporto y, ahora, una Eurocopa en la que no jugó ni un minuto y que derivó en un conflicto revelado por su seleccionador.

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