Los jugadores del Granada se han convertido en alumnos aplicados. Hacen sus deberes entre semana y el día del partido cumplen, pero rara vez consiguen el notable o el sobresaliente. Pero, es un avance, ya que si al principio del curso cateaban jornada tras jornada, ahora mantienen la regularidad en sus notas.

El Granada tiene mimbres para ser el Atlético de Madrid de los de abajo. Un equipo serio, que mete mucha intensidad a los partidos y con buen contraataque. Con el trabajo diario, el técnico rojiblanco aspira a convertirse en un 'Cholo Anqueloti' que saque el máximo rendimiento de todos sus hombres, algo que todavía no ha conseguido con algunos repetidores.

Porque, aunque cada partido que pasa hay menos, sigue habiendo repetidores. Uno de ellos es Orellana, que no levanta cabeza, ni aunque Anquela le de la confianza de ser el revulsivo. Torje volvió a las andadas y tras su recuperación formidable, recordó al jugador despistado de los primeros partidos. Junto a éstos, uno que no suspende habitualmente como Nyom, tampoco estuvo a la altura de la solidez del resto de sus compañeros.

Y es que Toño no falla casi nunca, la defensa mejora a pasos agigantados liderada por Diakhaté, la banda izquierda Siqueira-Benítez apunta maneras, el centro del campo es la línea más convincente con el trabajo de Mikel Rico e Iriney y la clase de Brahimi, y El Arabi tiene buenos detalles. Con algo más de puntería arriba, este once tipo es candidato al notable.