Lucas Alcaraz no se equivocó el viernes cuando desgranó el partido que esperaba ante el Sevilla. Los hispalenses, como anticipó el técnico, renunciaron al balón y se dedicaron a tratar de defender lo mejor posible y a aprovechar los errores locales. Hubo dos claros y los blancos marcaron dos goles. El Granada fue fiel a su estilo de los últimos partidos. Salió con su habitual 1-4-1-4-1, dominó siempre el partido, jugó bien y creo ocasiones, de sobra, como para haber ganado. El dibujo, un día más, funcionó, la puntería no. Esa fue la gran clave del choque.

un gran fran rico

Lucas apostó por Foulquier en el lateral diestro y Angulo en el izquierdo, pareja que se repetirá más veces, sobre todo en casa, aunque tiene la pinta de que los laterales van a varios bastante, más aún con la opción real de que Dani Benítez actúe en el zurdo, en esta Liga. El otro gran cambio estuvo en la medular. Pocos echaron de menos a Iturra, que no jugó por sanción, ante el descomunal partido de Fran Rico, en la primera parte como pivote defensivo y en la segunda como avanzado, dejando el puesto de medio más retrasado a Yebda. El argelino se mostró como un jugador polivalente, cayendo mucho a la banda derecha, al irse al centro Piti, en el primer tiempo.

automatismos

El partido, pese a la derrota, sirvió para demostrar que el sistema tiene pinta de perpetuarse y que los jugadores cada vez se sienten más cómodos en él: los interiores eligen bien el desequilibrio por fuera o por dentro, los volantes ofensivos llegan y tapan, los laterales aparecen en ataque en el momento adecuado... un engranaje que cada vez muestra menos fallos.

brahimi

El argelino tiene licencia para casi todo. Se le puede permitir que pierda balones y que, a veces, sea demasiado individualista porque es, con diferencia, el hombre más desequilibrante de este Granada y el jugador que más incertidumbre y peligro crea en los rivales. Eso sí, su gran calidad individual y la permisividad lógica que en algunos aspectos se tiene con él no son excusa para que, en ocasiones, se olvide de defender. Coke actuó con demasiada libertad en el último cuarto del partido por la banza zurda del Granada.

volcados

Tras el 2-1, los nazaríes acabaron con defensa de tres y con un atacante más al campo. El Sevilla perdonó entonces varias ocasiones para firmar el 1-3. Era lógico, había que volcarse con todo en busca de puntos merecidos que no llegaron.