El Granada CF entra en estado de emergencia. Mientras Pina llama a su agencia de viajes para encargar otras 'vacaciones' en La Manga, las luces rojas de alarma se encienden. No es que el equipo no gane, es que pierde los encuentros en los que debe, al menos, puntuar y su juego e imagen es cada vez peor. Lleva unas jornadas en que cada fin de semana empeora lo que hizo el anterior. Anoche ante el Espanyol fue un claro ejemplo. No mejoró en nada respecto a comparecencias pasadas y agudizó sus males, sobre todo la falta de gol, en este caso hubo incluso ausencia de ocasiones para marcar, y la vulnerabilidad atrás. 

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Tras una primera parte decente, pese a que las mejores opciones para marcar fueron locales, la segunda rozó el desastre. Pese a estar con un futbolista más desde la media hora del partido, el Granada no jugó a nada. Solo inquietó con un disparo al larguero de El Arabi. Para colmo, como pasó ante el Celta, y otras veces esta misma temporada, un gol de Héctor Moreno en el minuto 79 dejó los puntos en casa. 

Por no dominar, el equipo de Alcaraz ya no domina ni la estrategia. Tras más de una vuelta sin encajar goles a balón parado, el pasado viernes recibió un tanto en un córner y anoche la diana del triunfo 'periquito' también llegó en un saque de esquina. 

Los nervios están justificados. Tercera derrota seguida por primera vez en esta temporada, solo un partido ganado de los siete últimos jugados, cuatro puntos de 21 posibles y el descenso cada vez más cerca. Si mañana gana el Valladolid al Elche en Zorrilla, a solo un punto. De mal en peor, cuesta abajo y sin frenos. 

La primera parte tuvo casi de todo, menos goles. Salió bien el Granada, en plan mandón, como suele ser habitual en casi todos los partidos que juega. Sometió al Espanyol desde la posesión del esférico aunque apenas inquietó a Casilla, algo, por desgracia, también bastante usual. 

El Arabi, muy activo y que casi todo lo que hizo lo hizo bien, lo intentó en un par de ocasiones en los diez minutos iniciales, la primera desde fuera del área de cabeza y la segunda, que acabó en córner, tras buena jugada de El Arabi y dejada de Fran Rico. 

A partir del cuarto de hora, los locales aumentaron su presión, lo que les permitió recuperar el balón y empezar a mandar, mas hasta que apareció Sergio García solo hicieron trabajar a Roberto con envíos aéreos al área. 

El despertar del internacional español, muy dañino entre líneas y asistiendo a los suyos, permitió a los locales contar con sendos mano a mano ante Roberto. El primero de Jhon Córdoba, que le 'enseñó' el remate a un seguro Roberto (26); el segundo de Stuani, sacado con apuros por el meta con los pies (37'). 

Entre medias, lo mejor del primer tiempo para el Granada: la expulsión de Víctor Álvarez. El Arabi presionó al lateral, recuperó el balón y fue derribado cuando encaraba a Casilla. La roja, pese a las protestas locales, no tenía discusión. 

Buonanotte, que poco antes había llevado con lentitud una contra que acabó con chut de El Arabi a las manos de Casilla, no encontró portería en el lanzamiento de la infracción. Igual le pasó minutos después a Fran Rico, que pudo haber sido expulsado al borde del descanso por una falta que hizo cuando ya tenía una amarilla, en otro libre directo desde la frontal que acabó con una volea de Brahimi por encima del larguero. 

La última llegada de los españolistas, que tras quedarse en inferioridad 'pasaron' de tener el balón y reestructuraron su formación con la entrada de Fuentes por Simao, fue un cabezazo de Héctor Moreno a las manos de Roberto. 

La segunda parte no fue como se esperaba. El Espanyol se agazapó pero no renunció al ataque, mientras que el Granada, con un Fran Rico desconocido, era incapaz de trenzar buenas jugadas y necesitaba prismáticos para ver a Casilla. 

Recio disparó sin ningún peligro casi desde su casa, David López también lo intentó desde lejos sin sorprender a Roberto, Héctor Moreno volvió a avisar de cabeza haciendo intervenir al meta y Brahimi tiró sin fe para que Casilla no se aburriera en exceso. 

El Granada la tuvo en el minuto 61. Un rebote en la zaga local permitió a El Arabi plantarse solo ante Casilla, al que superó por alto, aunque la madera rechazó el balón. Pese a estar con uno más y quedar media hora por delante, el Granada no inquietó más. 

Alcaraz puso en el campo todo lo que tenía en el banco. Piti, Riki y Pereira se fueron incorporando al choque sin que su presencia tuviera ningún tipo de trascendencia en el mismo. 

Y estas cosas siempre suelen acabar de la peor forma posible. En el minuto 79, córner botado por Sergio García y remate de Héctor Moreno solísimo en el primer palo. Un gol que lleva al Granada a la crisis. Un partido, el de anoche, que coloca al equipo al borde del abismo.