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Un error más en la cuenta

  • El lateral argentino vuelve a demostrar que defensivamente tiene mucho que mejorar Su mayor presencia en ataque no sirve de nada

Fue uno de los refuerzos del mercado de invierno y aunque no comenzó a mal nivel, el rendimiento de Insúa ha sido un reflejo de la trayectoria del Granada CF en la segunda vuelta. El esguince de tobillo que se hizo solo en Mestalla le convertía en duda para el duelo de ayer pero, aunque no realizó una mal primera mitad, su error en el último instante de dicho periodo le condicionó el resto de encuentro.

Lucas Vázquez le robó el esférico pero el ex de Boca Juniors pudo poner más intensidad defensiva y proteger mejor el cuero. No lo hizo y cuando el extremo perico cedió a Sergio García, medio estadio de Los Cármenes se temió lo peor como así fue. Un borrón más a una trayectoria decepcionante de un futbolista que debe aprender muchos conceptos tácticos y perder menos la posición siendo lateral como es si quiere hacer una carrera digna en Europa.

Lo cierto es que en los primeros 44 minutos de partido jugó más en campo contrario que en el suyo propio. Pero ese minuto, y más en la situación en la que se encuentra el cuadro rojiblanco, fue clave para que fuera el centro de todas las iras de una afición demasiada benévola que ayer tampoco terminó por estallar ante el rendimiento de la plantilla. Y eso que méritos hacen cada jornada para que así sea.

Por raro que parezca, lo cual dice mucho del bagaje ofensivo del conjunto de Abel Resino, fue de Insúa la única oportunidad de peligro de los rojiblancos en el primer acto con un disparo en el minuto 26 desde la frontal que Kiko Casilla envió a saque de esquina. El argentino recortó y se sacó un duro disparo que el internacional español despejó con muchos apuros.

En el segundo acto, y condicionado psicológicamente por su error, tuvo mucha menos participación en el juego de su equipo que en la primera mitad. Incluso en una de sus primeras acciones fue un pase errado relativamente fácil el que levantó los pitos de la afición. Pero se quiso recomponer y aunque dejó muchos espacios a su espalda, algo ya habitual que casi siempre son tapados por Diego Mainz o Rubén Pérez, tiró de casta tratando de dar profundidad a la banda zurda. Ante el escaso peligro que llevaba Candeias, al menos quiso intentarlo. Centró al área en dos ocasiones y disparó con poco ángulo repeliendo Casilla.

Está a mucha distancia de Siqueira e incluso defensivamente de Brayan Angulo. Ha sido un refuerzo que ha ido de más a mucho menos porque no solo de casta vive el futbolista.

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