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Un experimento de Aíto que no ha salido bien

En verano, el Unicaja buscaba un lugarteniente para Terrell McIntyre, para el que se había empleado buena parte de la inversión disponible, en la posición de base. No había mucho dinero. Aíto propuso la solución de Panchi Barrera, en su día reluciente júnior no contrastado después en la élite. Le conocía de su época en Badalona, le había dirigido pero los papeles de su nacionalización no llegaron. En abril había estado 10 días a prueba con el Unicaja. La petición de Aíto se le concedió.

Barrera, 25 años, tuvo que cargar desde su llegada con las dudas del público y la crítica. Quizá se focalizó en él el descontento que había con el entrenador. Soportó desde el primer partido en casa, ante el Caja Laboral, murmullos en el Carpena cada vez que cogía una pelota. Tuvo algún momento brillante, como en Bamberg o en Mahón, pero no alcanzó la regularidad exigida. Tuvo una rotura fibrilar y, más tarde, la lesión de McIntyre le colocó en el primer plano. El club recurrió a Roderick Blakney como sustituto temporal y se ha ganado la continuidad hasta final de temporada, que se hará pública la próxima semana, cuando el 14 de enero acabe el compromiso de dos meses que rubricó a mediados de noviembre. El acuerdo es total entre las dos partes. Y Barrera sobraba.

Una semana antes se confirmó la cesión de Panchi Barrera al CB Granada, que buscaba un director de juego que le diera resuello a Nicolás Gianella. La lesión de Mario Bruno Fernández ha castigado al equipo nazarí, anclado en la última posición de la competición. La penuria económica le obliga a tirar de una opción modesta como es la de Barrera, inédito en los últimos partidos con el Unicaja. No salta a la pista desde el 12 de diciembre en Alicante, no ha jugado en los últimos cinco encuentros, una vez recuperado ya McIntyre de su lesión.

Ha participado Barrera en un total de 16 partidos, con un promedio de casi 13 minutos; 2,9 puntos (45,5% en tiros de dos, 29,3% en triples y 92,1% en libres); 2,1 asistencias y 1,3 rebotes para 2,5 de valoración. Su paso no ha dejado huella en Málaga. Teóricamente, el uruguayo tiene billete de vuelta en marzo, pero es difícil que vuelva a jugar aquí. El experimento no salió bien.

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