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El experimento no sirve

  • Sandoval mantiene el sistema pero fracasa al meter a Uche de central

Dijo Sandoval en la rueda de prensa previa al partido que iba a hacer algo novedoso para tratar de parar al Barcelona. No modificó su dibujo de los dos últimos partidos, ese 1-5-3-2 que le medio funcionó ante el Sevilla y no lo hizo contra el Valencia por culpa de los errores individuales. Lo que sí que cambió fue a jugadores. En concreto, apostó por el nigeriano Uche como tercer central, junto a Lombán y a Doria, y por Edgar como improvisado carrilero por la derecha ante la ausencia por enfermedad de Foulquier y la falta de confianza en Miguel Lopes, que se quedó en el banquillo.

superado

Culpar a un jugador determinado de la derrota ante todo un Barcelona es absurdo. En el Nou Camp no existieron errores personales que costarán caro, como sí pasó el miércoles en Mestalla. Lo que sí parece claro es que el técnico no acertó al colocar a Uche en la zaga. El nigeriano había firmado una notable actuación ante el cuadro che jugando en el medio, pero contra el Barça anduvo perdido en esa zaga de tres centrales. Superado, a veces desubicado y poco certero, tampoco ayudó demasiado que al lado tuviera a otro jugador sacado de su posición, un zurdo como Edgar de carrilero por la derecha.

zaga muy arriba

La idea era clara: presionar arriba, tratar de ahogar el centro de campo del rival y defender lejos de la portería. Si hacer esto suele ser arriesgado ante cualquier equipo, proponerlo ante el Barcelona es un suicidio si no lo realizas a la perfección. Como al Granada le duró poco la pelota y el rival estuvo fino y veloz en la circulación de balón, a nadie extrañó, visto lo visto, que el Barcelona ya ganara por 2-0 antes del primer cuarto de hora.

carrileros adelantados

Los muchos espacios dejados atrás por los tres centrales al jugar tan adelantados fueron explotados una y otra vez en la primera parte por el equipo local, que pudo marcharse al descanso con un resultado a favor mucho mayor. Colaboró a la comodidad con la que actuaron los de Luis Enrique que los dos carrileros, Edgar y Biraghi, miraran más hacia adelante que hacia atrás, y que Andrés Fernández no actuara todo lo adelantado que debiera ante una línea de atrás tan avanzada.

carrileros atrasados

Pese a que el Granada recibió en la segunda parte los mismos goles que en la primera, el equipo estuvo mejor defensivamente después que antes del descanso. La línea ya no se tiraba tan arriba, los jugadores estuvieron más juntos y, sobre todo, los dos hombres de banda se dedicaron más a defender que a atacar, pese a que Edgar siguió siendo de los más incisivos de su equipo con el balón en los pies.

Mainz por krhin

También influyó en la leve mejoría del segundo tiempo que el equipo fue mucho más normal al entrar Mainz por Krhin, al que aún se le ve que no está al cien por cien. Uche pasó a formar junto a Rubén Pérez un doble pivote que sostuvo al plantel con el paso de los minutos abarcando mucho campo, y en el que el nigeriano siempre mantuvo más la posición y el sevillano tuvo libertad para jugar a veces a la misma altura de Rochina.

puntas sin opciones

Mucho se había hablado del papel de Peñaranda y Success en este partido, pero ninguno tuvo su día. Entre que les llegaron pocos balones en condiciones, que ambos estuvieron demasiado individualistas en más de una ocasión y que Luis Enrique, que de tonto tiene un pelo, jugó con sus dos centrales más rápidos, Piqué y Vermaelen, el partido que debía haber sido el de la confirmación para los niños fue el de la decepción.

rochina superstar

El que salió reforzado, un encuentro más, fue Rochina. El valenciano volvió a ser el mejor jugador del Granada sobre el campo. Líder en todos los ataques, fue el rojiblanco con más criterio y no se dejó ni un gramo de esfuerzo en el tintero a la hora de trabajar en defensa. Incluso, sus disparos fueron lo más peligroso que hizo el cuadro rojiblanco.

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