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El filial crece un punto más

  • El Granada B iguala con el Guadalajara en Los Cármenes con Boateng y Morante, que el viernes estuvieron en Bilbao, como titulares Tuteó al cuarto clasificado gran parte del choque

El Granada B empató ayer con el Guadalajara en un partido en el que pareció que todos acabaron contentos. Ambos quisieron ganar, pero les pudo el miedo a perder en una competitiva segunda parte. 1-1 ante un equipo de la zona alta que tras puntuar en Los Cármenes seguirá una jornada más en puestos de promoción de ascenso. Un empate justo porque el choque resultó igualado salvo en los primeros 25 minutos, en los que los alcarreños presionaron mucho la salida de balón de los locales. Un punto en casa para el Granada B que puede saber a poco porque el equipo sigue dando sensación de poder mirar arriba si fuera la apuesta real de un club que, con lógica, tiene otra prioridad: ayudar a un primer equipo que ayer devolvió al filial a Boateng y Morante cuatro horas antes del partido ante el Guadalajara.

El conjunto visitante quiso resolver el partido en treinta minutos y protegerse los sesenta restantes. Consciente de que no tendría gasolina para mucho (jugó un partido el jueves de Copa Federación en Novelda), quiso encarrilar la victoria antes de que el cansancio se notara sin poder remediarlo, puesto que los cinco suplentes visitantes habían jugado los 90 minutos dos días antes.

Inicialmente le salió bien el planteamiento, porque consiguió adelantarse en el marcador al cabecear Espín un córner botado desde la izquierda (16'). Un gol a balón parado que reforzaba a los visitantes para atosigar al Granada B en el arranque del choque, presionando la salida de balón de los rojiblancos y acumulando acercamientos a gol que Dimitrievski y la defensa taponaron, con un potente lanzamiento de Arroyo como acción conclusa más clara tras varias aproximaciones despejadas en el área por los locales, no sin apuros en algún caso.

Boateng jugó quince minutos el viernes en San Mamés y noventa ayer ante el Guadalajara. Morante vio desde el banquillo la goleada a los de Lucas Alcaraz y secó ayer al '9' visitante. Ambos fueron de los mejores en el filial pese a que habían compartido pocos entrenamientos en los últimos días con sus compañeros de ayer.

Además, fueron las novedades en la alineación de Joseba Aguado, lo que desplazó a Marcelo al banquillo y a Peña a la grada. El equipo notó la presencia del ghanés y cuando Boateng tomó el mando en el centro del campo, cambió el partido. Ayudó a que el equipo no defendiera atrás, dio posesión a los suyos y permitió que la calidad ofensiva de los granadinos pudiera estar más cerca del área.

Y ese cambio se simbolizó con una arrancada llena de potencia de Machís que sólo pudo ser frenada por Julio bordeando el penalti con una falta en la frontal del área (31'). La falta fue a la barrera, pero el partido cambió. El Granada B aguantó más la pelota, Sergio Martín y Puertas se encontraron con más facilidad y la calidad ofensiva hizo el resto.

Bravo tomó entonces protagonismo y una internada del chileno acabó en el 1-1 al rematar Machís su intencionado centro al área pequeña (35').

El Granada acabó mejor la primera parte, especialmente porque Bravo intentó la misma acción del gol con decisión y provocó en una misma jugada una doble falta que acabó con dos amonestaciones a Arroyo y Rida, incapaces de frenarlo (43'). Con la seguridad que dio el empate, el filial llegaba mejor al descanso y aventuraba una segunda mitad en la que confirmar la remontada y seguir con opciones de fase de ascenso.

Pero la segunda parte no dio para tanto. La lluvia, incesante durante los noventa minutos, hizo el juego pesado, por lo que el Guadalajara no arriesgó ni presionó como en el inicio del choque. Ambos equipos adelantaron líneas y frenaron a los atacantes rivales, lo que desembocó en un juego intenso pero impreciso en pocos metros del centro del campo, lejos de las áreas.

Había que probar cosas y Aguado lo hizo. Introdujo en el campo a Nico por Machís, cambió de banda a Bravo para que el Guadalajara tuviera dos extremos con los que tener cuidado y situó a Cuero de delantero centro. Pero el colombiano, con oficio para ayudar a su lateral durante la primera parte, estuvo todo el choque casi sin presencia ofensiva.

Después entró Álvaro para revitalizar la banda derecha. Suya fue la última ocasión de gol, con una carrera en un balón largo que sorprendió a un desafortunado Álvaro Campos. El guardameta salió a treinta metros de su portería sin acierto y el extremo rojiblanco lo superó con velocidad, pero se quedó sin ángulo para marcar, y además encontró la oposición del capitán alcarreño.

Fue la última ocasión y casi la única que no se produjo a balón parado, ya que antes el Granada B estuvo cerca de marcar con un mal despeje de Prosi a un lanzamiento de falta mientras que el conjunto morado sólo probó a Dimitrievski con un potente lanzamiento de Quique que encontró el despeje del guardameta macedonio (78').

Era difícil la continuidad en el juego. Hubo presión en la creación por parte de ambos conjuntos y los delanteros hicieron la guerra por su cuenta, con poca artillería de apoyo frente al entramado defensivo de Granada B y Guadalajara.

Los minutos pasaban y ambos entonces decidieron no perder, ya que se veía difícil poder ganar por sí mismos. Era cuestión de esperar el fallo del rival pero salvo el mencionado del guardameta visitante casi en el descuento, hubo poco que rascar antes del final de un choque que los 22 futbolistas esperaban con avidez para secarse tras una intensa hora y media bajo la lluvia.

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