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La final más loca jamás presenciada

El fútbol griego amaneció sin poder comprender aún lo ocurrido horas antes: en una final de infarto que duró tres horas y cuarto, el Olympiacos se impuso en la tanda de penaltis por 15-14 al AEK de Atenas para proclamarse por vigésimo cuarta vez campeón de la Copa de Grecia. Fue una locura de fútbol, una noche que entró en la historia del fútbol heleno.

Los 90 minutos reglamentarios terminaron con un empate a tres, y tras la prorroga se llegó a un 4-4. El encuentro se decidió en la ruleta de los penaltis.

El encuentro comenzó con dos goles del AEK por mediación del argentino Blanco (5' y 8'). Apenas iniciada la segunda mitad, el inglés Derbyshire redujo distancias y, en 69', el brasileño Dudu empató.

La cita adquirió un carácter dramático cuando Soco anotó el 3-2 para el AEK en el minuto 90. Mientras los seguidores del AEK festejaban el triunfo, llegó el 3-3 (95'), obra de Derbyshire.

En la prórroga el asunto parecía decidido para el Olympiacos cuando otro argentino, Galletti, anotó el 4-3 en el minuto 101. Pero enseguida Galletti fue expulsado por su segunda tarjeta amarilla.

Poco minutos después, Olympiacos se quedó con nueve hombres al ser expulsado el defensa Papadopulos, también por segunda tarjeta amarilla. El AEK aprovechó la superioridad numérica y empató en el minuto 106. Ambos equipos debieron tirar 34 penaltis antes de que el Olympiacos ganase por 15-14 el campeonato de Copa, logrando así el doblete por segunda vez consecutiva.

El gol decisivo lo anotó el portero del Olympiacos y de la seleccion nacional Antonis Nikopolidis. "Es por esto que el fútbol es el mejor juego de este planeta", dijo.

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