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El fútbol español, bajo el peso de las deudas

  • La Liga se tambalea por la mala gestión de un buen número de clubes, que acumulan 4.000 millones de euros y deben dinero a 300 jugadores de Primera y Segunda.

Deudas multimillonarias, equipos al borde de la quiebra, clubes en manos de los jueces, jugadores que no cobran, amenaza de huelga... Así afronta la pretemporada el fútbol español con su autodenominada Liga de las estrellas. Hubo un tiempo en el que España presumía de tener la mejor Liga del mundo, con equipos luchando con Real Madrid y Barcelona por fichar a los grandes cracks mundiales. Pero aquello forma parte del pasado y la realidad hoy es que la Liga española se tambalea.

Y todo por la mala gestión económica realizada por un gran número de clubes que se gastaron lo que no tenían. En estos momentos la deuda total de los clubes profesionales españoles supera los 4.000 millones de euros y 300 jugadores de la primera y la segunda categoría denunciaron impagos, según informó Marca. Más de una veintena de clubes españoles recurrieron a la llamada ley concursal, una figura jurídica que permite aplazar pagos y que, por supuesto, también afecta a los propios futbolistas. Betis, Rayo Vallecano y Granada son los tres equipos que han ascendido a la primera categoría del fútbol español y los tres recurrieron a la ley concursal.

Por esta razón, existen muchas posibilidades de que se retrase el comienzo de la próxima Liga española, previsto para el 20 de agosto, puesto que la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), el sindicato que defiende a los jugadores, ya comenzó a hablar de huelga. "Nosotros queremos que se cumpla con lo pactado, con los contratos. Si no se ponen las medidas, no empezamos la Liga. Se tiene que dar que todos nuestros compañeros tengan las deudas saldadas y que se creen las garantías para que esta situación no se repita. No vamos a desfallecer en el intento", aseguró Luis Rubiales, el presidente de AFE.

El sindicato pretende que se garantice un diez por ciento de los sueldos de los jugadores, algo que bastaría para afrontar la deuda de 42 millones de euros que mantienen los clubes con los futbolistas. Esa reclamación hasta parece escasa en comparación con la Liga inglesa, que garantiza el cien por cien del salario de los futbolistas, la parte quizás más importante del espectáculo.

Pero no sólo los clubes pequeños y medianos de España pasan por problemas. El Barcelona, el equipo más admirado y triunfal del momento, cerrará la presente temporada con pérdidas. Ni siquiera el club azulgrana, con todos sus títulos y fama, escapa a la crisis. Su presidente, Sandro Rosell, explicó que los empleados del club tienen órdenes de hacer fotocopias en blanco y negro y no en color para ahorrar.

Por todas estas razones, el mercado de fichajes está parado. El Real Madrid no contrató (aún) a su habitual galáctico porque está pendiente de la venta de jugadores como el francés Lass Diarrá o el argentino Ezequiel Garay. Mientras, el Barcelona intenta realizar ingeniería financiera (o magia) para contratar a futbolistas como el chileno Alexis Sánchez o el español Cesc Fábregas por los 45 millones de euros que tiene presupuestados para contrataciones.

Sólo llama la atención el caso del Málaga, controlado por el jeque árabe Al Thani, que no para de hacer fichajes. Todo lo contrario que el indio Ali Syed, dueño del Racing de Santander, quien hace meses que no paga y ahora está implicado en un presunto caso de estafa por valor de 100 millones de dólares en Australia. Así afronta la pretemporada la Liga española, la que ahora tiene sólo a Barcelona y Real Madrid como únicos aspirantes al título y a una gran mayoría de clubes endeudados hasta el cuello.

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