Con más sufrimiento de lo esperado consiguió solventar el Covirán Granada su primer compromiso de la segunda vuelta. Ante el colista Viten Getafe, los hombre de Pablo Pin jugaron el partido más discreto de cuantos van en el Palacio esta temporada, pero terminaron imponiéndose por 67-60. Un triunfo -el segundo consecutivo- que les sirve para colocarse provisionalmente en la quinta posición con ocho un bagaje de ocho victorias (tres menos que el líder, el Ávila) y seis derrotas.

Y todo en un envite convulso, cambiante y muy alejado de lo que fue el de la primera vuelta en el Pabellón Juan de la Cierva. Aquel día el Covirán puso la primera piedra de su racha inicial de triunfos y asaltó el liderato en el arranque de la Liga. Ayer, fue el conjunto dirigido por Armando Gómez el que estuvo a punto de dar la sorpresa y dejar a los de Pin con una mano delante, otra detrás y un golpe anímico de consecuencias imprevisibles.

Si los locales terminaron sacando adelante el partido fue, en gran parte, por la calidad individual de sus jugadores franquicia. Con un Luis López en estado de gracia (3 de 5 en triples en el segundo cuarto), un Jesús Fernández imperial en defensa y un Duane James sobrenatural en los momentos decisivos, los de Pablo Pin acabaron sacando las castañas del fuego al trantrán.

El primer cuarto ya hacía presagiar que la de ayer no iba a ser una tarde precisamente plácida para los nazaríes. Martínez abrió la lata madrileña con un triple nada más empezar. Irrelevante en apariencia y propio de los primeros minutos. Pero nada de eso. Ni siquiera se había consumido el ecuador de los diez minutos iniciales y Pablo Pin solicitaba tiempo muerto. ¿El motivo? Un parcial de 0-5 unido a una preocupante desconexión del grupo a la hora de transformar las entradas a canasta y los tiros en puntos.

Reaccionó el Covirán con un lanzamiento de dos de James. Pero un nuevo parcial de 0-5 dejaba al Palacio boquiabierto y el 4-9 en el luminoso. Con Solé y Víctor Moreno en estado de gracia, Getafe comenzó a creérselo. Marvin puso un +5 (8-13) y el primer cuarto se cerraba con un marcador de 11-15.

Al Covirán le iba a hacer falta algo más que acierto para levantar aquello. Y en esas apareció el público del Palacio de Deportes, que animó, silbó y se dejó la garganta hasta el final. El propio Pablo Pin terminaría asegurando en rueda de prensa que "el partido lo ha ganado el Palacio". El segundo periodo no pudo empezar peor, con un triple de Víctor Moreno al que contestó Luis López con una canasta de dos más adicional. Era el principio de un recital de este último, que destrozó desde el perímetro a los getafenses con tres triples de cinco intentos antes del descanso.

El último elevó el 24-22 al electrónico. Eran los mejores momentos de un Covirán Granada que se iba a vestuarios cuatro arriba (32-28) pero condenado a sufrir en el tercer cuarto. Y todo por la enorme trabajo del conjunto azul tanto en el rebote ofensivo como en el defensivo. Unido, eso sí, a un mal día de los granadinos, que cerraron terminaron el encuentro con una preocupante estadística de 20 pérdidas.

Tocaba apretarse los machos. El Viten no daba tregua, volvía a acercarse en el marcador y metía el miedo en el cuerpo al equipo rojiverde. El despliegue físico parecía pasarle menos factura de lo esperado a tenor de lo visto en los primeros minutos, y sólo un triple a pocos segundos del final de Duane James daba algo de oxígeno de cara a la recta final.

Con 50-46 y diez minutos por delante todavía podía pasar cualquier cosa. Máxime ante un cuadro que parecía resucitado respecto al de toda la primera vuelta. Un tapón ilegal sumaba dos puntos más al casillero de Jesús Fernández y volvía a insuflar vida al Covirán, que había vuelto a verse por detrás en el marcador en los compases iniciales del último periodo (52-51).

Un triplazo de Berni desde más allá del perímetro allanaba el camino de la victoria (60-54). Triunfo que acabaría asegurando John Schoof. El resultado final sabe muy bien en tanto en cuanto Getafe vendió cara su derrota. La semana que viene los hombres de Pablo Pin rinden visita al pabellón O Pombal para medirse al penúltimo: el Xuven Cambados.