El Granada consiguió ayer la que es su mayor goleada desde que ascendió a Primera División en esta época. Hasta la fecha tan sólo el 4-1 a la Real Sociedad en la primera temporada tras subir era el triunfo más holgado de los rojiblancos. Todo eso menos de una semana después del esperpento de Almería. Lo único que no se puede medir en números son los grados de intensidad. Sólo bastó con ponerlos para superar al Valladolid. Porque las cifras no es que evidencien demasiado la superioridad granadina.

Granada y Valladolid llegaron a las áreas rivales y dispararon en un número similar de veces (11 a 9 en tiros), aunque fueron los rojiblancos los que esta vez sí tuvieron mejor ajustada la mira. Los goles de los de Alcaraz llegaron en su segundo y cuarto disparo a portería de todo el partido, mientras que el 3-0 y el 4-0 llegaron en el quinto y sexto lanzamiento. Es decir, que de seis tiros sobre el arco de Mariño el Granada consiguió cuatro tantos, un 66,67 por ciento de acierto.

Por lo demás, el empuje inofensivo del Valladolid en la segunda parte sólo sirvió para maquillar las veces que jugó el equipo de Juan Ignacio Martínez cerca de los dominios de Roberto. Un camuflaje que no esconde la superioridad del Granada sobre su oponente. El dato final del partido dice que los pucelanos jugaron de su centro de campo para atrás un 67,48 por ciento del total del tiempo del partido, mientras que el Granada fue capaz de equilibrar esa faceta con un tiempo total del 50,45 por ciento creando juego desde su medio del campo hacia el arco de Mariño. Esa defensa de su campo y la poca tenencia de balón visitantes (59 a 41 por ciento de posesión del esférico) también se cuenta en el número de entradas. El Valladolid hizo 54 (de las cuales 22 fueron efectivas) por 29 del Granada (15).

Otra cifra que habla bien del Granada de ayer es la de pases completados. Los rojiblancos acertaron 384 de 461 intentos, con un porcentaje de 83 por ciento. Ese baja en los castellanos al 76, con 265 pases buenos de 348.