Granada 74 | sporting · la crónica

El '74' se hace mayor

Que nadie pare esta racha. Que no se acabe, que la ilusión que genera cada victoria hace oler la Primera División aunque sea de lejos, y esa sensación hace tantos años que no se siente por estas tierras... El '74' está fino. Se ha solidificado en torno al arco de Jaime y se presenta cada domingo pintado de guerra, convencido de sus posibilidades, con ganas de sangre. Ahora, además de fortificación inexpugnable, también tiene flechas. La vuelta de Aranda ha hecho crecer una barbaridad al equipo. Ahora el peligro es constante en las cercanías del área, la mirada de tigre del malagueño hace estar en guardia a cualquier defensa, aunque fuera, como la de ayer, la más segura de la Liga. El controvertido ariete malagueño no marca, pero lo que le da al equipo es inconmensurable. Como en Soria, el trabajo de Luque también fue fundamental para doblegar a un buen Sporting que quiso el destino que llegara sin su máximo goleador, Barral, aunque tal y como está defendiendo el equipo de Tapia, ni Barral ni Van Nistelrooy.

La victoria, como ocurre casi siempre en una categoría tan extremadamente igualada como es esta, llegó con sufrimiento, mucho, pues el Sporting demostró su valía queriendo buscar siempre el arco contrario, ya fuera con el empate o yendo por debajo. Esto se acentuó en la segunda, cuando los de Preciado, osados, porfiaron de todas las formas posibles, encontrando siempre un verdadero frontón liderado por Crespí y Torrecilla, y completado por un gran Fagoaga.

Sólo un cambio introdujo Tapia respecto de Soria: devolvió al banquillo a Borja Criado para hacer titular a un Saizar que participó cuanto pudo, que incluso tuvo alguna opción de marcar, pero al que aún le falta recuperar tono físico para parecerse al de los primeros partidos. Los demás elegidos para la batalla fueron los mismos, con misiones similares, manteniéndose esta vez fijos en sus puestos Fagoaga (central), Ruz (lateral derecho) y Assemoassa (lateral izquierdo). Preciado tampoco experimentó. Colocó a Karanka por el lesionado Barral y se presentó con el resto del equipo que salió segundo de Gijón tras firmar un primer tercio liguero impecable.

La batalla fue abierta desde el principio, demostrando el Sporting que venía a Motril a intentar jugar al fútbol, algo que casi ningún equipo hace. Y aunque no estuviera Barral, la figura de Kike Mateo en la media punta, su recorrido y gran calidad técnica, sus caídas a las bandas en alianza sobre todo con Jorge Pina en la izquierda, siempre mantenían en alerta a la zaga granadina. Precisamente un centro de éste fue cabeceado por Karanka, pero Jaime, bien colocado, paró el cuero (11')

Los primeros ataques del '74' llegaron a balón parado, con Luque como protagonista. Una de las faltas le botó justo delante a Roberto y trajo el 'uy' a la grada (15'). Acto seguido Míchel disparó en buena posición desde la frontal, fuera, y un centro de Luque no fue rematado bien por Saizar (18').

Empezó a aparecer Aranda, que se vació físicamente y asesó mucho el juego de ataque, pues sabe a la perfección parar o acelerar las jugadas a conveniencia. El malagueño se está destapando como asistente, aunque un envío suyo hacia Guerra se quedó en nada (26'). Justo después lo intentó Luque, y respondió de nuevo Míchel. A un ataque de un equipo le respondía el rival con la misma moneda. El choque era bonito y muy disputado, con dos equipos que querían claramente marcar. Luque, de cabeza a centro de Aranda, lo rozó sólo unos minutos antes de que, al fin, se abriera el marcador.

Y fue el '74' el que lo hizo, aunque en realidad quien marcó el tanto para los rojillos fue un futbolista del Sporting, el zaguero Iván Hernández, quien introdujo el cuero en su portería en el intento de despejar una falta lejana primorosamente botada por Luque (36'). La resaca del gol pudo haber sido redonda de haber estado más acertado Saizar en un tiro desde la frontal. Pero por el momento valía.

El Sporting salió fuerte tras el descanso, y no tardó mucho Preciado en renovar sus hombres de banda. Como en Soria, el '74' afrontaba el reto de sobrevivir en la segunda parte ante un rival bueno y herido. Sin embargo fue el '74' el que gozó de las mejores opciones al principio. Gibanel casi hace gol un pase de la muerte de Aranda (46'), y Saizar volvió a errar otro buen pase de Ruz (62').

Tapia apenas movió nada. Sentó a Aranda cuando el malagueño ya no podía más y dio oxígeno a la banda derecha con Borja Criado. El Sporting apretó más en el último cuarto. Kike Mateo seguía siendo un peligro, y también los balones colgados, pero Crespí y Fagoaga estaban de cine y no se les iba ni una. Con todo, Carlos Álvarez rozó el gol con un tiro cruzado que se fue fuera por nada (79'), y despúes el propio Mateo obligó a Fagoaga a sacar un balón sobre la línea, jugada que acabó con un tiro a la cruceta y con los nervios de más de uno. En ese final loco, con el Sporting volcado a la desesperada y jugando con diez, Francisco y Borja Criado desaprovecharon dos claras contras de las que no se pueden perdonar. No hizo falta. Menos mal.

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