LEB Oro | Covirán Granada

El peligro de contar con una plantilla corta

  • Las lesiones de ‘Borto’ y Fall dejaron la zona rojinegra bajo mínimos en el duelo ante Girona

Bortolussi se perdió la cita ante Girona por problemas en uno de sus tobillos.

Bortolussi se perdió la cita ante Girona por problemas en uno de sus tobillos. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS

El nuevo sistema de competición en la LEB Oro provoca que haya partidos claves de cara a luchar en una hipotética segunda fase por el ascenso. Se clasifican los cinco primeros y se cuentan las victorias y derrotas con los cuatro conjuntos que acompañan al quinto en discordia. El Covirán Granada ocupa precisamente esa quinta plaza con tres partidos aún pendientes por jugar.

Sin embargo, las sensaciones no están siendo buenas en el regreso a la competición tras 42 días sin jugar. A la derrota ante Lleida, se le sumó este pasado domingo la de Girona en un duelo en el que los de Pablo Pin casi nunca mandaron en el marcador. Es evidente que el parón ha afectado. Era una preocupación del cuerpo técnico nazarí la reacción de los jugadores tras una circunstancia tan especial. Frenar en seco a un equipo profesional inmerso en una dinámica positiva tiene esas consecuencias como ha quedado de manifiesto en las últimas dos jornadas.

Riesgo

Formar una plantilla corta pero, en teoría, de más calidad es un arma de doble filo. Por un lado, se evitan problemas internos pues, salvo excepciones, lo normal es que todos dispongan de un buen número de minutos para demostrar su valía. Sin embargo, la cara B radica en posibles lesiones. Si una o varias piezas se ‘caen’ de la convocatoria por problemas físicos dejan en cuadro al equipo. Y eso fue, en parte, lo que ocurrió en Girona. Por un lado, Alejandro Bortolussi ni siquiera viajó por problemas en un gemelo. A ello se le sumó, desgraciadamente, la lesión de Bamba Fall, quizá el hombre más importante de la plantilla nazarí. Ambos dejaron la zona bajo mínimos, teniendo que improvisar Pin con Pardina de cuatro y jugar con sus dos ala-pívots, poco acostumbrados a fajarse en la zona, como center.

El viaje

Es ya una tradición, pero no deja de sorprender que un equipo profesional como el Covirán Granada realice sus desplazamientos como si de un equipo de cantera se tratase. Viajar de noche en autobús del viernes al sábado y llegar a las 9:00 de la mañana a Girona tras once horas de trayecto no es la mejor manera de afrontar una cita por muchas comodidades que ofrezca el bus. Afortunadamente para los jugadores, en esta primera fase de la temporada restan dos únicos desplazamientos, Murcia y Palma de Mallorca. Y salvo que a Baleares se vaya remando en barca, son viajes cómodos.

El mes clave

Febrero marcará el devenir del Covirán. Si no ocurre nada anormal, coronavirus mediante, la competición debe concluir el 5 de marzo. Hasta entonces, habrá que disputar seis encuentros en apenas 24 días. Cuatro de ellos serán en casa y algunos fundamentales como Castellón o Palma, además del próximo rival: Alicante. El sábado llegará el líder al Palacio de Deportes, un encuentro muy importante para romper la dinámica, volver a adquirir confianza y afrontar la recta final con el objetivo de terminar entre los tres primeros.

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