Hoy es un día de fiesta en Sevilla: la selección española de baloncesto juega en el Pabellón de San Pablo, donde habrá colocado un no hay billetes. Y no es cualquier cosa. Se trata del combinado más laureado de la historia del baloncesto español y que, según repiten los entendidos, pasarán muchos lustros para volver a presenciar a una generación de deportistas tan excelsa como la formada por Pau y Marc Gasol, Navarro, Calderón, Sergio Rodríguez, Ibaka... Como ocurrirá en Granada el martes, día en que la selección disputará ante Turquía el tercer amistoso, los ciudadanos sevillanos deben tomarse hoy el partido de la selección como se tomaban los niños de provincias la venida de aquella especie de circo baloncestístico conocido como los Harlem Globetrotters. El circo ahora es el español, si se entiende como aquel lema circense del mayor espectáculo (deportivo) del mundo.

Con todo, el España-Angola de hoy (12:30, Teledeporte) no es más que el segundo encuentro preparatorio de cara a la cita mundialista que da inicio el 30 de agosto. Aún es temprano para extraer conclusiones. Ante Canadá, el conjunto entrenado por Juan Antonio Orenga venció con claridad al cuadro norteamericano. Ninguna novedad en este particular. Sí pudo apreciarse, de entrada, el poderío casi autoritario del juego interior: pocas selecciones habrá que puedan con la mezcla de veteranía, astucia, fuerza y vigor de Pau, Marc, Ibaka y Felipe Reyes. Ésta será sin duda una de las bazas más importantes de España. Pero no sólo en el apartado defensivo o acaso anotador, que también, sino como engranaje desde donde se genere el juego hacia el exterior, desde donde Juan Carlos Navarro y Rudy Fernández deben desplegar el repertorio encestador que los caracteriza.

Fue precisamente en esta zona del juego, fuera de la pintura, donde España ofreció más debilidades en el primer partido de preparación ante Canadá. El porcentaje no fue al que acostumbra este grupo de extraterrestres, pero aún hay tiempo para sincronizar el punto de mira. Tampoco se vio a una selección veloz, todo sea dicho. Aunque la renovación está en marcha, los años no pasan en balde para el eje del equipo, por muy extraterrestres que sean. El propio Ricky Rubio, uno de los jugadores llamados a aportar velocidad cuando el partido lo requiera, lo comentaba ayer a los medios de comunicación sevillanos: "Hay que correr un poco más". También lo corroboraba el seleccionador un poco más tarde: la transición ofensiva es una de las facetas del juego que ha de perfeccionarse todavía.

Vistas las debilidades, no cabe duda que la fortaleza continúa siendo la defensa. A la intensidad que imprimen jugadores experimentados como Calderón, Rudy o Llull, siempre es de justicia destacar la labor en el perímetro de Marc Gasol e Ibaka, acostumbrados a los juegos de villanos que gastan en las zonas de la NBA. Si a eso se le añade el poder reboteador de Felipe Reyes, la habilidad en el robo de Ricky Rubio o la omnipotencia de Pau Gasol, es dable concluir que, en efecto, la defensa sigue siendo -y así ha de continuar- uno de los puntos fuertes de estos campeonísimos, desde donde deben ganarse los partidos.

Una vez definidas las más evidentes debilidades -juego exterior y la velocidad- y la fortaleza -defensa- de la selección, toca preguntarse si habrá definido un quinteto inicial tipo. Si bien ante Canadá España comenzó con Calderón, Llull, Navarro, Pau y Marc, los técnicos españoles insisten en que todo va a depender de los rivales y del momento del partido. De lo que pida la situación de juego, como no podría haber sido de otro modo. Habrá rotaciones. Muchas rotaciones, cuantificaron ayer en el hotel de concentración.

Claro que hoy será un ensayo más de los ocho previstos antes del inicio del campeonato. Enfrente, Angola, una selección que estará encuadrada en el Grupo B del Mundial junto a Australia, Eslovenia, México, Lituania y Corea del Sur, y que viene de disputar la pasada semana en Río de Janeiro el denominado Torneo Tres Naciones ante sus anfitriones, Brasil y Argentina, adversarios ante los que perdió en sus dos encuentros (98-60 y 86-77, respectivamente). Será un partido para seguir viendo la evolución del equipo, pero, sobre todo, para disfrutar de nuestros Globettroters, los serios.