Parece que fue ayer cuando los Chicago Bulls dominaban la NBA y Michael Jordan maravillaba al mundo con un baloncesto nunca visto… Pero ha pasado más de una década y unos nuevos Bulls emergen sobre la espalda de un chico de 22 años que acaba de ser elegido el Jugador Más Valioso de la temporada 2010-11.

Derrick Rose es el nuevo monarca por una aplastante mayoría de votos que rozó la unanimidad. El MVP más joven de la historia, el heredero del cetro conquistado los dos últimos años por Lebron James, el estandarte de la nueva generación.

Rose se preguntaba a principios de temporada por qué no podía ser él. ¿Por qué? Quizás porque Lebron, Wade, Howard, Bryant, Nowitzki… todos se postulaban candidatos con mayor número de galones, con un arsenal más potente para ser firmes aspirantes al anillo. Pero lo cierto es que el base de los Bulls es el justo merecedor de un galardón que premia al mejor jugador del equipo con mejor récord de la Liga (62 victorias por 20 derrotas).

Rose ha devuelto a los Bulls a la lucha por el título, a las portadas, ha convertido un grupo de tiernos jóvenes en un prometedor conjunto de guerreros que avanza con paso firme en la segunda ronda de los play off. El base se ha erigido en el segundo jugador de la franquicia en conquistar un MVP tras Jordan, que alumbró cinco entorchados y seis anillos, entre otros laureles.

En Chicago, donde el chico nació, es inevitable frenar la tormenta de comparaciones. "Ni siquiera estoy cerca de tocar a ese hombre (por Jordan). Estoy muy lejos de él. De cualquier forma sería muy bueno estar cerca de él. Este es un equipo diferente, una era diferente". Son palabras de un Rose con la cabeza perfectamente amueblada, un líder de 22 años que quiere hacer época en un baloncesto distinto al de los 90.

Rose, que derroca a Wes Unseld como MVP más joven de la Liga, superó en las votaciones al pívot de los Orlando Magic Dwight Howard y al alero de los Miami Heat Lebron James. Kobe Bryant (Lakers) y Kevin Durant (Thunder) fueron cuarto y quinto.

A nivel individual el '1' de los Bulls promedió 25 puntos, 7.7 asistencias y 4 rebotes siendo el séptimo de la historia que mantiene semejantes números. Cifras que contribuyeron a que los Toros lograran el título de la División Central por primera vez desde la era Jordan-Pippen.

"Ha sido todo lo que se puede pedir", afirmó su entrenador, Tom Thibodeau, quien se ha alzado como técnico del año en su campaña de debut al frente de un banquillo. "Ha sido un líder y él sólo va a mejorar", apuntó el exasistente de Rivers en los Celtics.

El reconocimiento de Rose en el vestuario ha sido tan meteórico como en la pista. "Todos Sabíamos lo bueno que podría ser", señaló Luol Deng, uno de los veteranos de los Bulls. "Es una gran sorpresa lo rápido que alcanzó ese premio. Sabíamos que iba a llegar, nos lo dijo desde el principio… Es un trabajador, un chico humilde que sólo quiere ganar partidos".

La progresión de Derrick Rose desde su desembarco hace tres temporadas ha sido brutal. Llevó a su instituto a ser el primero en ganar campeonatos estatales y después encabezó a los Tigres de Memphis en la NCAA. Chicago lo elegió número uno del draft de 2008 después de que el sorteo les agraciara a pesar de tener sólo un 1.7 por ciento de probabilidades. "Nunca olvidaré la mañana siguiente a la elección cuando los dirigentes fuimos a conocerlo", recordó el general manager de la franquicia, Gar Forman.

Sabían a quien habían elegido. "Era obvio que Derrick tenía un talento especial, no sólo para nosotros, para todos los que le seguían. Nos dimos cuenta de inmediato de que poseía unos intangibles que hacen que un jugador sea muy especial en esta Liga".

"Al comenzar este proyecto recuerdo que nuestro sentimiento, el de los Bulls era, esto es demasiado bueno para ser verdad".

En los play off Derrick Rose entró con dos partidazos de más de 30 puntos. Chicago arrolló sin demasiados problemas a los Pacers (4-1) y ahora lidia en segunda ronda con los sorprendentes Atlanta Hawks. Los de Illinois cuentan con una plantilla que responde a las necesidades básicas para tocar el cielo: un líder, un juego interior sólido con Boozer y Noah, aleros polivalentes como Deng y Brewer, tiradores como Korver y Bogans... y un magnífico entrenador como Thibodeau. Sin embargo, los Bulls deben hacer frente a la maldición de los últimos años: el ganador del MVP de la temporada regular se suele quedar sin anillo. Que se lo digan a Lebron...