No todos los días son domingo, aunque la pasada temporada el Covirán Granada pareció que vivió instalado en jornada dominical. Los aficionados al baloncesto estábamos realmente mal acostumbrados sin acordarnos que el Covirán es prácticamente un recién llegado a la segunda categoría del baloncesto español.
No obstante, también hay conciencia de que el conjunto granadino tiene una buena plantilla que está en condiciones de luchar con cierta holgura para estar jugar los play off y, quizá, para volver a repetir la hazaña de la pasada campaña. Todo sin olvidar también que el nivel de la LEB Oro ha subido.
Sólo siete jornadas
La competición no ha hecho nada más que comenzar. Siete partidos nada más. Es decir, queda mucho por delante y mucho por decir. Para empezar, hay que reaccionar para evitar que la bola de nieve se haga más grande. El próximo fin de semana hay una buena ocasión para dar un puñetazo en la pista del Ourese, otro rival de aúpa. Pero es en este tipo de cancha, en la que se ganó el año pasado, en las que Pin y sus jugadores tienen que decir “¡aquí estamos!” y que las tres derrotas sufridas con gajes del oficio.
Complicado
El sábado visitó el Palacio el Breogán, uno de los favoritos para ascender a la ACB. Lo demostró. Fueron 40 minutos con un marcador muy apretado en el que los gallegos casi siempre fueron por delante y los rojinegros estaban embutidos en un querer y no poder, tanto por el acierto del rival, sobre todo desde más allá de la línea de 6,75 (llegó a ser desesperante para los locales), como a errores propios, como el que hubo en un detalle que parece mínimo pero que fue determinante: los tiros libres.
Recuperar sensaciones
Al menos, ante el Breogán compitió el Covirán, algo que no hizo en su visita a Palma de Mallorca.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios