Zaragoza-granada

El miedo a perder sobre todo lo demás (0-0)

  • El Granada rompe su racha negativa de tres derrotas consecutivas al empatar sin goles en La Romareda. Los dos equipos, rivales directos en la lucha por la permanencia, dan por bueno el reparto de puntos

El miedo a perder se propagó por La Romareda entre las filas de dos conjuntos que tenían que ganar para alejarse de los puestos de descenso, pero que apenas arriesgaron en pos de lograr los tres puntos en juego. El Zaragoza y el Granada decidieron 'no comer rancho para fastidiar al general' y sólo 'apostaron' sobre el tapete dos puntos, que ambos contendientes repartieron de forma salomónica: uno para cada uno. Por no hacer, ni hicieron trabajar al marcador, que se quedó como empezó, sin inmutarse lo más mínimo ante el escaso fútbol que 'observó' desde su privilegiada posición.

 

Por lo menos, los de Lucas Alcaraz rompieron una racha negativa de tres derrotas seguidas y el Granada sumó un punto. En el otro lado de la balanza, el corte del descenso sigue a tres puntos y el gol average se queda a favor de los aragoneses.

 

Si no fútbol, al menos durante el primer tiempo se vieron más ocasiones de cara a las porterías del adversario. Y por número de ellas debió salir favorecido el Granada, que llevó peligro en casi todos los saques de esquina que tuvo a su favor. Un balón al palo de Ighalo pudo cambiar el sentido del enfrentamiento. En cambio, el segundo acto fue aburrido, con escasos conatos de destellos. Fue cuando los contendientes se convencieron de que más valía un punto que nada.

 

Para suplir la contractual ausencia de Aranda, el entrenador rojiblanco optó por El Arabi. La presencia de Torje y la ausencia de Buonanotte en el once de salida hacía presuponer una táctica más de contención. Aunque así fue, el inicio pareció indicar lo contrario, pues fue el Granada el que primero tomó la iniciativa y el primero que dispuso de una ocasión clara para marcar. A los dos minutos escasos, Ighalo cabeceó fuera un saque de esquina botado por Nolito.

 

Tras los primeros ímpetus visitantes el choque se igualó y el balón empezó a ir de un lado a otro, pero sin profundidad. La siguiente oportunidad fue para los locales. Un tiro raso y cruzado de Rochina se perdió por la línea de fondo (9'). Luego, poco a poco, fue el Zaragoza el que empezó a adueñarse del esférico para colgarlo sobre el área de Toño. El guardameta se mostró seguro en los despejes por alto. 

 

Mediado el primer tiempo, el encuentro languideció a la espera de alguna jugada de interés. A los 18' los rojiblancos volvieron a dar señales de existencia ofensiva. Primero fue un pase de la muerte de Siqueira que no encontró rematador. A continuación, Ighalo la volvió a tener en otro córner. En esta ocasión ajustó tanto que el balón se estrelló en el poste. Fue, sin duda, la mejor oportunidad de todo el primer tiempo. Y del partido.

 

Tras los dos chispazos de los granadinistas, el choque volvió a ser el escenario perfecto para que ambos conjuntos demostraran su situación en la tabla y sus miedos a la derrota. A punto de llegar a la media hora, Rochina volvió a poner de manifiesto que las opciones aragonesas pasaban por disparos lejanos... carentes de puntería. El zaragocista, principal protagonista del ataque local en los primeros 45 minutos, volvió a repetir con un disparo que, esta vez, sí asustó. El balón se perdió muy ajustado al poste izquierdo de Toño.

 

Respondió el Granada, como no, a la salida de otro córner. Mainz fue el encargado de cabecear otra vez fuera. Otra vez por poco. Fue un espejismo en el tramo final del primer acto, pues el cuadro granadino se echó atrás. Como el rival no está para muchos alardes, se llegó al descanso con el marcador almidonado.

 

La primera acción de la reanudación tuvo como protagonista a Rochina y su 'enésimo' disparo desde la lejanía. Para variar, el esférico fue entre los tres palos, pero llegó sin fuelle a las manos de Toño. El Granada, por su parte, volvió al terreno de juego con la tensión baja, a ver si alguien cazaba un balonazo largo sobre el campo zaragocista. De nuevo, a balón parado volvió el cuadro granadino a tener una ligera opción. Nolito sacó una falta para que Íñigo López, solo en el punto de penalti, pifiara en su remate de cabeza. 

 

A los doce minutos del segundo tiempo Alcaraz optó por intentar dar otro aire a su equipo. Ante la falta de profundidad ofensiva, ordenó poner fin a la presencia de El Arabi en el campo y situar sobre el césped a Buonanotte, que por lo menos puso más ideas sobre campo.

 

Sin que ninguno de los dos equipos ofreciera algún aliciente en su juego, los minutos fueron pasando entre el aburrimiento general. El sopor lo rompió  momentáneamente Rochina, como no, en otro intento de sorprender desde lejos a Toño, pero su disparo adoleció de falta de fuerza. El meta alicantino sí dio muestras de su buen momento poco después al responder con un alarde de reflejos a un remate de cabeza de Sapunaru. 

 

Poco antes de la media hora del segundo tiempo llegó el primer disparo entre los tres palos de los rojiblancos. En una buena jugada de ataque, el balón fue a Buonanotte, que desde la frontal no pudo enganchar la asistencia que recibió de Nolito desde la izquierda. Leo Franco atrapó el esférico sin problema alguno. El Zaragoza contestó por mediación de Bubovic, que se topó con Toño.

 

Con el Granada mejor asentado, pero con escasa pólvora, el choque fue llegando a su finalización. Lucas Alcaraz pareció dar por bueno el empate y la salvación de al menos un punto al dar entrada a Iriney, que suplió a un  Recio que ayer estuvo demasiado gris, y  Angulo, en lugar de un Nolito que apenas aportó algo más que sus lanzamientos de córner.

 

Y como el Zaragoza también tenía el mismo miedo a perder, el partido 'murió' sin esa emoción que seguirá en las próximos enfrentamientos mientras se siga coqueteando en la zona baja de la clasificación. 

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