Argentina y Brasil estaban entre los grandes favoritos al título del Mundial y terminaron eliminados en cuartos de final. Un mismo fracaso que ha generado dos resacas distintas. Mientras más de 10.000 aficionados se dieron cita en el aeropuerto para recibir como héroes a los jugadores argentinos y demandar la permanencia de Maradona como seleccionador, sólo unos pocos cientos esperaron a la seleçao, y Carlos Dunga fue destituido horas después de haber pisado el territorio de su país.

En Río de Janeiro, incluso, hubo cierta tensión durante el desembarco del grupo ante las manifestaciones de hostilidad dirigidas contra Felipe Melo, quien se convirtió en el villano de la derrota ante Holanda al marcar contra su propia portería el tanto del empate de la oranje y, luego ser expulsado por el pisotón a Robben.

En razón de esas manifestaciones, el resto del grupo eludió el contacto con la prensa y con la hinchada a la llegada a Sao Paulo, y Dunga continuó su camino rumbo a Porto Alegre, donde fue aplaudido, lo que no impidió su destitución pocas horas después, anunciada en un escueto comunicado divulgado la noche del pasado domingo por la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).

El diario brasileño Folha de Sao Paulo aseguró ayer incluso que el presidente de la CBF, Ricardo Teixeira, llamó al entrenador por teléfono desde Johannesburgo para informarle de su despido. La salida de Maradona de la albiceleste no es oficial, pero no caben dudas de que el 10 no sufrirá un trato semejante al de Dunga después del cálido recibimiento popular que los sorprendió al llegar a Buenos Aires, aún muy tristes por la derrota ante Alemania que sepultó su sueño mundialista.

"Diego no se va, Diego no se va", fue el cántico más entonado por la gente, munida de banderas y pancartas con leyendas a favor de la selección albiceleste ¿Cuánto influye en todo esto el enorme peso del mito popular que encarna Maradona? Lo puso en juego al aceptar la dirección técnica y según esa primera reacción, no resultó muy mal parado por la eliminación y el mal desempeño de la selección liderada por Messi.

Maradona dejó abierta en Sudáfrica la posibilidad de renunciar a su cargo, pero aclaró que primero quiere "pensar bien" su decisión. El apoyo popular que recibió al regresar a Argentina podría convencerlo de continuar como técnico del combinado argentino, pero la noche del domingo fue más claro: "Ya está, mi ciclo terminó".

También Dunga, tras la derrota ante Holanda que puso fin a la campaña brasileña por el hexacampeonato, había indicado que abandonaría el cargo, pero luego, al llegar a su estado natal de Río Grande do Sul y ser aplaudido por admiradores, dijo que su futuro dependería de una reunión que sostendría con Teixeira tras el regreso del dirigente a Brasil, la próxima semana.

Pero no hubo tiempo. La escasa comparecencia de hinchas al regreso de la seleçao a Brasil y la misma insinuación de Dunga de que podría quedarse en el cargo fueron la seña para el rápido anuncio de su destitución.

La derrota ante Holanda pudo haber sido el pretexto que esperaba Teixeira, quien, según se rumorea en Sudáfrica y en Brasil, acumuló en los últimos años varios roces con Dunga a raíz de la guerra abierta por el entrenador contra la poderosa red televisiva Globo, que bajo su gestión perdió el acceso privilegiado a la seleçao del que disfrutó en Mundiales pasados.

En el caso de Argentina, el entusiasta recibimiento a la albiceleste no supone una garantía de la permanencia de Maradona como seleccionador. El ex capitán de la selección campeona en México 1986 genera sentimientos polarizados entre los argentinos, y a la multitud que fue a recibirlo se contrapone otra gran cantidad de gente que no lo quiere más en el cargo tras los errores que cometió en Sudáfrica.

Según un sondeo online del diario deportivo Olé, el 59 por ciento de 126.586 votantes está en contra de que Maradona continúe como entrenador. Otra encuesta, del diario Clarín, tiene resultados similares, un 62,1 por ciento (66.641 votos) pide que renuncie. Por el momento, todo está en el aire, aunque Argentina está dividida en cuanto a la posible marcha de Maradona.