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¡Aquel número 9!

  • Alfredo di Stéfano, considerado como el mejor jugador de todos los tiempos, dejó durante años una huella imborrable en la historia del Trofeo Carranza

Grande entre los grandes, Alfredo di Stéfano ha dejado una huella imborrable en la historia del Trofeo Carranza. Fue el primer jugador en marcar dos goles en un mismo partido. Ocurrió en 1958, cuando el Real Madrid gano 5-3 al Austria Viena Sport. También es el único que ha marcado cinco goles en un partido, en 1959 ante el Milan (6-3 para los blancos). Antes de la media hora de juego ya llevaba cuatro.

Los aficionados que presenciaron esa edición no olvidarán jamás el magnífico espectáculo ofrecido por los cuatro contendientes. El producto de aquel juego de marcado tinte ofensivo fue un registro goleador impresionante. Nada menos que 28 veces tuvieron que recoger el balón los guardametas del interior de sus porterías, una plusmarca increíble que deparó un promedio de siete dianas por encuentro.

Tampoco fueron moco de pavo los cinco goles que anotó Di Stéfano en la semifinal contra el Milán. La 'Saeta Rubia' arrancó como un cohete y al cuarto de hora ya había batido tres veces a un desesperado Buffon. El considerado por muchos el futbolista más completo de la historia puso la guinda al lograr el 6-3. En una final vibrante, Helenio Herrera, sentado en el banquillo azulgrana, perdió por primera vez en el Trofeo después de ganar dos ediciones al mando del Sevilla.

Ese mismo año se registraron los primeros incidentes de la historia del torneo. A falta de tres minutos para el descanso, el colegiado Blanco Pérez expulsó al sevillista Campanal. El jugador se negó a retirarse, por lo que el árbitro mandó a los dos equipos a vestuarios después de una monumental tangana. Al final, Pérez Blanco aceptó que Campanal fuese sustituido por Pepín, pudiéndose reanudar así la segunda parte. En esta final, el Sevilla perdió 2-0 ante el Real Madrid. Ni que decir tiene que al año siguiente ya no vinieron los hispalenses.

El Trofeo en su primeros años no tenía apoyo federativo, y cualquier incidente podía dar al traste con el proyecto gaditano. Al producirse la agresión de Campanal y su negativa de abandonar el terreno de juego, hizo que los responsables del Trofeo temieran por su continuidad. Durante muchos minutos, los jugadores del Sevilla y el Real Madrid, junto al árbitro y organizadores, permanecieron discutiendo sobre el terreno de juego.

La trifulca continuó en el vestuario. El alcalde Carranza relató en varias ocasiones en Diario de Cádiz lo realmente ocurrido en el interior del estadio. El Sevilla aceptó retirar a Campanal, pero sacando otro jugador en su lugar, a lo que se negaba lógicamente el Real Madrid. Carranza rogó a Bernabéu que aceptase la solución del Sevilla como único medio de salvar el Trofeo. El presidente del Real Madrid le contestó: "Tranquilo alcalde, que yo me encargo..." Bernabéu llamó a Alfredo di Stéfano y le dijo que el partido había que continuarlo. Alfredo, con su arrogancia característica, se dirigió a sus compañeros diciéndoles: "Vamos para la cancha que a esta gente le ganamos sin problema". Carranza, cuando recordaba las historias del Trofeo, siempre tenia un especial recuerdo para Don Santiago Bernabéu y Di Stéfano.

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