Cb granada-unicaja

¡Qué pena, penita, pena! (69-73)

  • En la orilla El CB Granada se queda a un paso de ganar al Unicaja después de remotar los 21 puntos de desventaja con los que acabó el primer cuarto Al final En partido se escapa en los últimos compases.

Parafraseando por enésima vez al entrenador Manuel Husseín, los burros estuvieron a punto de volar en el Palacio de Deportes. El Club Baloncesto Granada pudo ganar un partido que prácticamente había tirado por la borda en el peor primer cuarto que se le recuerda al equipo nazarí, por lo menos en los últimos tiempos.

Cuando se cumplimentaron los primeros diez minutos del partido nadie daba un duro por los granadinos, que en ese tiempo habían ofendido al baloncesto. Pero el deporte de la canasta tiene estas cosas. En el segundo cuarto se recortó la diferencia, en el tercero se igualó el marcador y en el último el CB Granada llegó a ponerse por delante. Pero esta temporada los últimos minutos no son propicios y se murió en la orilla. La falta de una plantilla compensada que cuente con un 'cinco' determinante, la presencia de un aún renqueante Gianella y, de forma inexplicable, cinco tiros libres marrados en el tramo final del encuentro fueron unos de los ingredientes que se cocieron para cocinar la decimotercera derrota de la temporada. Por tanto, a pesar del esfuerzo y del orgullo demostrado en 30 minutos, siguen pintando bastos en la entidad nazarí.

¡La que le ha caído a Panchi Barrera! Su segundo partido como jugador del CB Granada y segunda vez que tiene que asumir el rol de titular. Y al quinteto inicial volvió Prestes (sin comentarios). Las primeras jugadas dejaron entrever lo que el chaparrón que avecinaba: los tres primeros ataques locales ni siquiera contemplaron un lanzamiento a la canasta malacitana. Por contra, el Unicaja aprovechó la mala salida al 'ruedo' de sus anfitriones para enchufar un 0-7 en apenas dos minutos y medio.

Una canasta de Kurz fue un espejismo. Si en los primeros minutos el ataque era desolador, la defensa era para ponerse a llorar. A los de Aíto les bastó con mover el balón con cierto criterio para encontrar a alguien libre, casi siempre debajo del aro, donde dicen algunas lenguas que por ahí andaba Prestes. Un detalle de lo negro que se puso el panorama a los cinco minutos es que Poch, de forma sorprendente para lo que es habitual en él, solicitó su primer tiempo muerto. El marcador ya señalaba 2-13.  A la vuelta a pista, dos puntos más de los cajistas y los primeros y sonoros pitos por parte de los escasos aficionados que se dieron cita en las gradas. Y lo que es peor, cuando los guarismos ya eran escandalosos (4-19) -sólo habían transcurrido siete minutos-, se comenzó a aplaudir al rival. Realmente el Unicaja era lo único que había sobre el parqué.

El ridículo de la primera parte fue de los que hacen época. Lo que se vio en los primeros diez minutos no se recuerda en el recinto del Zaidín. Cuando acabó el acto, el CB Granada había recibido una auténtica paliza: 8-29. Sí, el lector lo ha leído bien: ocho a veintinueve. En números romanos: VIII-XXIX. Prácticamente todos los ataques de los de la Costa del Sol acabaron en canasta. Por contra, cada vez que el CB Granada cruzó la línea de medio del campo fue para mostrar todas sus carencias. Sin ideas. Sin tiro. Sin juego interior. Sin center y con una defensa con menos 'mala leche' que la que pueda haber en un monasterio de Tíbet.

Un parcial de 7-0 al inicio del siguiente cuarto entró dentro de la lógica. El Unicaja bajó los brazos ante tanta facilidad. Y los granadinos heridos en su orgullo, intentaron mejorar la paupérrima imagen que se había ofrecido. Tras un pequeño intercambio de canastas, a los cinco minutos del segundo cuarto, Poch tuvo que recurrir a Gianella después de tirar de Jesús Fernández. La ovación que recibió el argentino nada más salir fue memorable. Y lo primero que hizo el base fue anotar un triple para colocar al CB Granada a 'sólo' doce puntos de su invitado: 23-35. Tras otro triple de Karl (26-37, a 3,17 para el descanso), Aíto fue el que tuvo que parar el partido.

Había que restregarse los ojos. Una mejor defensa -la entrada de Jesús Fernández, clave- y un mayor acierto en el tiro exterior propiciaron que, por lo menos, volviera a haber partido. Karl siguió anotando de tres en tres y se rompió la barrera de los diez puntos (29-38, a 1'52'' del intermedio). Los diez puntos de diferencia que hubo al final del segundo cuarto supieron a gloria: 32-42.

Las defensas se impusieron a los ataques en los primeros instantes de la reanudación. Los locales no aprovecharon el mal inicio ofensivo del Unicaja y la distancia se mantuvo durante cinco minutos. El arma de los triples del cuarto anterior ya no estaba tan afinada.

Un pequeño tirón de los malagueños (36-49) encontró respuesta en Gianella con dos canastas consecutivas, la segunda en un contraataque majestuoso en la que el argentino se pasó dos veces el balón por su espalda. El jugadón levantó al público de sus asientos y a Aíto de su banco para pedir tiempo muerto (40-49, 24'30''). Pero el parón no frenó la inercia en la que había entrado el partido. Con paciencia en ataque y moviendo el balón, un parcial de 0-9 supuso el empate. Jiménez, con un triple, acalló el vocerío que se había extendido por el Palacio. Kurz dejó las espadas en todo lo alto a falta del último cuarto del partido: 51-52.

Un triple de Kurz puso al CB Granada por primera vez por delante en el marcador (54-52). ¡Increíble! Luego, un tiro de tres de Barrera elevó la corta ventaja local hasta los tres puntos. Pero no se pudo mantener el ritmo. A los cuatro minutos del acto, un parcial de 0-4hizo que el Unicaja recuperara el mando (61-62).

Tuvo opciones el CB Granada para culminar lo que hubiera sido una hazaña. Pero el triunfo se escapó desde la posición más inesperada. Hasta cinco tiros libres fallaron los jugadores del cuadro nazarí en los últimos cuatro minutos. De haberlos acertado se habría afrontado el tramo final con otro escenario.A falta de 41 segundos volvió a recuperar el sueño cuando desde más allá de la línea de 6,75 empate: 67-67. Blakney dejó helada cualquier  sonrisa que empezaba a atisbarse con idéntica jugada (22'' para el final). La ruleta de los tiroslibres fue rusa para los granadinos.

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