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Los predecesores de Borja Vivas en la cita olímpica

  • Dana Cervantes, Álvaro Fernández y Rocío Florido son los últimos atletas malagueños que han logrado, en Atenas 2004, participar en unos Juegos

El Estadio Olímpico de Atenas fue testigo de la última participación de un atleta malagueño en unos Juegos. El escenario, la final femenina de salto de pértiga. Allí Dana Cervantes fue una mera espectadora de otro récord del mundo de Yelena Isinbayeva. La malagueña consumió todas sus opciones de podio con sus tres saltos nulos. Dos días antes, Álvaro Fernández se quedó a las puertas de la final del 1.500 y en la jornada siguiente Rocío Florido se situó en el puesto 30 de los 20 kilómetros marcha. Después de ocho años, tras la sequía de Pekín 2008, el atletismo malacitano tiene puestas todas sus esperanzas en Borja Vivas. Las mismas que depositaron en Dana, Álvaro y Rocío.

“Los Juegos Olímpicos es el evento en el que todo deportista aspira a estar. Son fabulosos, su aliciente recae en que se celebran sólo cada cuatro años”, manifiesta Álvaro Fernández, que todavía mantiene en el recuerdo la experiencia vivida en la Villa Olímpica: “El ambiente allí es maravilloso. Todo el mundo te pregunta como te ha ido sin ni siquiera conocerte. La admiración por los deportistas españoles era palpable. Hasta me llegué a cruzar con Pau Gasol”.

Rocío Florido, que considera Atenas como “un antes y un después”, concurre con su paisano en la “unión” que se produjo entre todos los atletas presentes en la capital helena: “Estar allí hay que vivirlo. Para mí fue un verdadero sueño. Andar por sus calles y poder ver a tus ídolos es algo ideal. La Villa Olímpica era como tiene que ser un mundo perfecto”, asegura la marchadora.

Para Dana Cervantes, campeona de los Juegos del Mediterráneo en 2001, Atenas también fue algo irrepetible: “Fue espectacular la experiencia que viví tanto deportiva como humanamente en los Juegos Olímpicos de 2004. Vivir en la Villa Olímpica no tiene precio y para una amante del deporte, como soy yo, es algo inolvidable ”.

“Sentirte dentro del equipo olímpico es algo único. Como amante del deporte, más allá del atletismo, ver que estuve en la gran cita deportiva fue increíble. La experiencia de mi vida”, expresa Cervantes, que mantiene la importancia que tienen los Juegos para la capital de la Costa del Sol: “Llevar el nombre del atletismo malagueño a Atenas fue importante para Málaga y para este deporte en nuestra ciudad ya que el espaldarazo que conlleva la cita olímpica es muy importante”.

Por su parte, Álvaro Fernández se desmarca del cliché de lo importante es participar y recalca que el objetivo de todo deportista es “ser el número uno”. “Cualquier atleta que va a los Juegos acude con la intención de poder obtener medalla, ser finalista o subir al podio. A los Juegos se asiste con una motivación especial. Siempre hay que intentarlo. Cuando no se puede, siempre esta el consuelo de participar”.

A pesar de finalizar lejos de los puesto de cabeza, Rocío Florido se queda con “la satisfacción personal y deportiva” de poder correr por las calles de la ciudad griega. “Aunque uno sea muy buen deportista hay circunstancias como las lesiones que te dejan sin medalla. Mi caso fue particular. Me avisaron tarde y no pude entrenarme adecuadamente. Yo fui con la intención de hacerlo lo mejor posible. Hay que entender que el podio es para unos pocos elegidos”, sostiene.

Tanto Fernández como Florido coinciden en señalar el frágil estado del atletismo español y su escasa autoridad en el deporte internacional. “Estamos pasando por un momento delicado. Tenemos buena cantera, pero nuestras grandes estrellas ya tienen una edad que no les permite optar a presea”, opina el corredor malagueño, que comparte con la marchadora la opinión de que el atletismo nacional está “en una etapa de transición”.

El sueño olímpico comienza para Borja Vivas el 27 de julio. Un sueño que Álvaro Fernández espera repetir en Río de Janeiro: “Estoy ilusionado de estar en Brasil en 2016. Las lesiones me han dejado fuera de Londres, pero con fuerza y voluntad podré llegar. Es muy duro tener que ver los Juegos por televisión”.

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