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Sin recursos ofensivos

  • Los rojiblancos se muestran demasiados tímidos en ataque en La Rosaleda

Está visto que La Rosaleda no es el campo más idóneo para el Granada CF. Ni adelantándose antes de cumplirse el primer minuto de partido, ni con un jugador más, los de Joaquín Caparrós hicieron méritos para llevarse los tres puntos, en parte por su falta de ambición, pero sobre todo por sus problemas para generar ocasiones de gol. No siempre con la sobriedad defensiva se ganan partidos. Hay que llegar al área, asustar al contrario, mover al rival de una banda a otra cuando se queda con unos menos para generar espacios por dentro pero eso no ocurrió y el cuadro rojiblanco se volvió a venir de vacío de la capital de la Costa del Sol.

¿Lo mejor?

Adelantarse antes de que se cumpla el primer minuto de juego dicen que es lo mejor que le puede suceder a un equipo pero hay opiniones. En el primer acto aunque los de Caparrós siguieron empujando en los siguientes cinco minutos y jugando en campo contrario, poco a poco se fueron atrincherando atrás y apenas asustaron a Kameni. El Málaga no es que tenga mucha pólvora pero aunque solo sea por empuje metió al Granada en su campo ante la desesperación del técnico en el banco. En el segundo acto los rojiblancos salieron más decididos pero el tanto del empate hizo dudar hasta que Angeleri fue expulsado. A partir de ahí se quiso llegar pero este equipo tiene poca creación si Rochina y Piti no están finos. Y ayer, una vez más, no estuvieron.

Orden

Se verán muchos partidos como el de ayer y más con el marcador a favor. Orden, basculaciones, presión sobre el medio centro del rival encargado de organizar el juego y sobriedad defensiva. Estos fueron los valores del Granada ayer en La Rosaleda. Y ahí destacó Iturra, pitado cada vez que tocaba el cuero, pero que realizó una gran labor sobre todo a la hora de la presión. Pero con el marcador en contra es otra historia este equipo. Había que aprovechar los espacios que la zaga malagueña dejaba atrás y no se hizo. De hecho, el único disparo en el primer acto fue el gol. Tras la reanudación sí hubo más intentos pero faltó abrir el campo y hacer daño por fuera. La plantilla no está configurada para ello y sí para un juego más directo. A faltas de ideas ofensivas se buscó el envío en largo y ahí se echó en falta una convocatoria con hombres más ofensivos como Machís, Riki u Ortuño y no tanto central y medio centro defensivo.

Esforzados

Si algo ha transmitido Caparrós a su plantilla es la solidaridad sobre el campo. Y en este sentido hay tres jugadores que se han tenido que poner el mono de trabajo. Se trata de Fran Rico, mucho más atento y con un gran rigor táctico, que cuajó una gran segunda mitad dando criterio al juego pero sobre todo Rochina y Piti. Los jugadores de banda ayudaron constantemente a sus laterales (Nyom y Foulquier respectivamente) aunque eso suponga que no lleguen con tanta frescura a zonas ofensivas. La pena es que no tienen sustitutos en los flancos y los recambios profundizan bien poco.

Mucho medio centro

El Granada sufrió más en el primer acto que en el segundo pero Caparrós no estaba contento y buscó refrescar el equipo con la entrada de Success y Sissoko. El segundo se situó por delante de Foulquier pero pronto llegó la expulsión de Angeleri y el plan del técnico se vino abajo. Había que llevar la iniciativa y por la izquierda se llegaba a línea de tres cuartos pero ahí se acababan las ideas.

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