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El sillón de los ascensos

  • Manuel Lina, ex jugador del Granada CF, vive el partido como comentarista de la Cadena Ser exactamente en el mismo asiento en el que vivió el año pasado el partido de vuelta contra el Alcorcón

Hay jugadores irreconocibles con el paso del tiempo. Pero a Manuel Lina le bastaría ponerse otra vez la camiseta rojiblanca y uno escuetos pantalones azules para ser un calco del jugador que militó en el Granada CF en los ochenta. Vive el partido como comentarista de la Cadena Ser sentado en la misma silla que utilizó el año pasado en el ascenso en Alcorcón. Como jugador sabe que los ritos del triunfo hay que repetirlos y pone, junto a Ighalo, su granito de arena para el ascenso a Primera División. "¡Qué trabajico nos ha costado!", dice cuando el árbitro pita el final del partido con una de esas alegrías que en estado puro, que no tienen matices. "Mi enhorabuena al equipo y a los aficionados que han apoyado todo el año".

De los presentes, Lina es quien desde el principio adopta el papel de poli bueno, de hombre tranquilo. En cuanto el Granada marca el primer gol dice que lo ideal es que se marque el segundo cuanto antes, el famoso y esquivo gol de la tranquilidad. "Pero lo importante es que ahora podemos hacer nuestro juego al contragolpe", continúa. En el minuto 17 del segundo tiempo pide un cambio "para romper el ritmo del partido". Conociendo la fama de Fabri de conservador, apuesta que será Manolo Lucena el que entre en el campo. También por solidaridad granadina. "Me identifico con él porque jugamos en la misma posición y somos de Granada", comenta. Finalmente entra Álex Geijo y Lina aprueba la decisión del técnico gallego. En ese momento, pasado el minuto 20, el árbitro pita una falta al borde del área del Granada y parece que un mal augurio se cierne sobre el exjugador. "El Elche tiene grandes lanzadores de falta", afirma recordando de soslayo el partido de vuelta del conjunto ilicitano contra el Valladolid. "Iba bien lanzada", dice con alivio cuando la falta se estrella en la barrera rojiblanca.

Solo tuerce el gesto con las marrullerías del rival, como cuando un jugador se lleva por delante a Nyom y a Fabri en la misma jugada. "Este jugador tenía que estar expulsado desde hace tiempo", dice. "El Elche hace un juego muy sucio". Pero el árbitro no escucha su comentario y expulsa a Fabri, acostumbrado a salir de los terrenos de juego como si fuera un jugador leñero. Y cuando el 1-1 llega al marcador y negros nubarrones se ciernen sobre los aficionados, Lina rompe su quietud para dar un golpetazo en la mesa "Nos va a tocar sufrir hasta el final".

Mientras, los locutores se desgañitan y sufren los primeros fallos en la voz, como cuando José Ángel de la Casa narró el España-Malta del 12-1. "Lo importante ahora es aguantar el balón", pide Lina como esperando que aparezca un jugador como Goicoechea en la final de la Copa de Europa del 92, cuando el jugador del Barcelona se aferró con el balón an los pies a una banda mientras pasaban los minutos. Pero el Elche sigue llegando con peligro en el tiempo de descuento. "Estamos a menos de cinco minutos de la gloria", exclama sin perder una sonrisa que esconde unos nervios infernales. Solo cuando el árbitro pita el final se levanta de su asiento fetiche eufórico. "Yo pensaba, ¿veré alguna vez con mis hijos al Granada en Primera?". Pues sí, dentro de unos meses.

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