Cinco partidos en nueve días decidirán si Los Angeles Lakers, el equipo de las estrellas, el que más dinero destina en salarios, uno de los favoritos al título de la NBA, es capaz de alcanzar el play off. De momento, está fuera al ser noveno del Oeste con un balance de 40-37 tras la derrota ante los Clippers y la victoria de los Jazz (41-37). Por primera vez desde 2005, el equipo púrpura y amarillo puede terminar su temporada en abril. "Creo que vamos a ser peligrosos en el play off", dijo el domingo el técnico de los Lakers, Mike d'Antoni, que espera recuperar pronto a los lesionados Steve Nash y Metta World Peace y que tiene fe ciega en que en las eliminatorias directas su equipo se transforme.

Antes que nada deberá lograr esa octava plaza. De los cinco partidos, cuatro los disputa en casa, el primero hoy ante los Hornets. Mañana viaja a Portland y luego afronta los tres últimos encuentros en el Staples Center ante los Warriors, los Spurs y los Rockets. Los tres tienen mejor balance y se estarán jugando también una posición más ventajosa. Los Lakers están dándolo todo por alcanzar la pelea por el título, lo que incluye exprimir al máximo a Kobe Bryant, que el domingo disputó, sin fruto, casi los 48 minutos de juego.

"Estamos jugando un poco con fuego", admitió D'Antoni, consciente de que el astro de 34 años está al límite. Pero así lo reclama el propio Bryant. "Si lo siento, perdemos, así que eso tampoco funciona", dijo D'Antoni, que se ha puesto en manos de Bryant, lo que no siempre funciona. "¿Por qué lo hago? Por el play off, supongo", afirmó la estrella, quien como el entrenador quiere hacer el último esfuerzo.

Pocas cosas hacen pensar, sin embargo, que todo cambiará si el equipo logra el reto. Aún en el caso de clasificación, en primera ronda esperarían los Spurs o los Thunder, que temen una posible metamorfosis de los Lakers. Pero la franquicia de Los Ángeles deberá conseguir primero esa meta. Tiene cinco partidos por delante para superar a los Jazz.