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Un terreno 'abonado' de sal

  • El Club Baloncesto Granada queda como un páramo sobre el que ya no se puede sembrar nada de nada

Desolado y arrasado. Así está el Club Baloncesto Granada, más aún después del anuncio de su desaparición a la conclusión de la presente campaña. Mire por donde se mire, la entidad está para el arrastre, sólo a la espera de recibir la puntilla para que, a continuación, salgan las mulillas por cualquier puerta y se lleven el 'cadáver' al desolladero. Muchos son los responsables. Desde dentro del club prefieren mirar hacia afuera y señalar con el dedo acusador al extrarradio. Nadie -ni propietario, ni miembros de la junta, ni el director general- ha sido capaz de esgrimir un mea culpa como una catedral.

l APUNTADOS

Con lo que no contaban los arriba mencionados es que iban a ser señalados por muchos índices. Desde la grada apuntaron a la pista, concretamente detrás de una canasta, donde el pasado viernes estaban sentados el presidente del CB Granada, Ramiro Pérez de la Blanca, y el director general de la entidad, Julián Aranda. Los aficionados que se dieron cita para asistir al partido ante el Huesca mostraron su indignación y pusieron nombre a los culpables del desaguisado, incluido Jota Jota. Eso sí, demasiado tarde para todos.

l ARROPADOS

Por otro lado, los seguidores que presenciaron la estrepitosa derrota ante los aragoneses no sólo exculparon a los jugadores de cualquier responsabilidad, sino que les apoyaron y reconocieron el valor que tiene saltar a una cancha de juego en las patéticas circunstancias en las que está el CB Granada. También es justo resaltar el mérito de los aficionados que fueron al Palacio a sabiendas de que ya no hay nada donde rascar. Su presencia fue, sobre todo, un testimonio de que en Granada hay personas a las que les gusta el baloncesto y que quieren al que todavía es el equipo de la ciudad.

l DESILUSIONADOS

"Nos han quitado la ilusión". Se puede decir más alto, pero no más claro. Así se expresó el entrenador del CB Granada, Curro Segura, a la conclusión del choque ante el Huesca. Difícilmente se puede jugar a sabiendas de que no hay nada por lo que luchar. Lo más probable es que todos y cada uno de los componentes de la plantilla del equipo nazarí tenga la mente puesta en la forma de salir de la quema lo antes posible. ¿Quién se quiere quedar en un barco que se hunde? Aquí no hay una orquesta que toque Nearer, my God, to Thee, que dicen era el himno que sonaba en el Titanic mientras se iba al fondo del mar...

l GIANELLA

También estuvo en el Palacio el viernes. Lo hizo entre bambalinas, pues no quería cruzarse con cualquier director general. Gianella no tiene nada de qué avergonzarse. Todo lo contrario. La pena es que, como ya se ha escrito, lo han sacado por la puerta de atrás cuando debería haber salido a hombros por la puerta grande.

l A ESPERAR

El CB Granada es un enfermo terminal. Sólo queda esperar a que exhale su último suspiro. Dicen que la defunción será para la próxima primavera, pero tal como están las cosas no sería de extrañar que al club le den el pasaporte en cualquier momento.

Como Cartago tras la Tercera Guerra Púnica, el CB Granada ha sido sembrado de sal. Ha quedado como un páramo.

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