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Bajo la tiranía del dragón torneo VI naciones

  • Gales se presenta como favorito a ganar su tercer Seis Naciones seguido, algo nunca visto, en una edición en la que se dirimirá parte del futuro del rugby europeo

El destino de la vieja Cardiff está ligado hasta la eternidad por un dragón rojo. Eso dice su lema. Fiero y rampante, luce en todos los símbolos de la ciudad. La forma de ser de los galeses parece estar impregnada de ese mito, cuyo máximo exponente es su selección de rugby. Cada mes de febrero alza el vuelo y somete a la Europa oval a su tiranía, la de un equipo de talento y orgullo, requisitos indispensables para cualquier aspirante a ganar, no sólo por tercera vez seguida un torneo tan duro como el VI Naciones, si no cualquier partido de este deporte, ese de los caballeros disfrazados de villanos.

En 2013, las casas de apuestas cotizaban al alza que Gales no iba a ser capaz ni de ganar tres partidos. No sólo lo hizo, si no que vapuleó a su gran rival, Inglaterra, en el partido definitivo cuando a los de la Rosa les valía hasta perder de siete. El dragón rojo vació su fuego sobre el aún inconsistente equipo de Stuart Lancaster. En los pubs de Cardiff se cantó más alto que nunca Tierra de mis Padres.

Gales es el gran candidato a reafirmar su dominio en este Seis Naciones. El calendario hasta le favorece, con sólo dos partidos fuera, aunque sean en Dublín y Londres. Tiene una delantera consistente y maneja una tres cuartos mágica, liderada por Mike Phillips desde la melé y cerrada por el mejor zaguero europeo, Leigh Halfpenny. Buena parte del favoritismo galés también se debe al triunfo de los British & Irish Lions en su gira 2013 por Australia. Para derrotar a los Wallabies, Warren Gatland, a la sazón técnico de los galeses, apostó en el último partido por la columna central de su selección y el resultado le devolvió la gloria a las Home Nations (término que se refiere a los países originarios del rugby), que llevaban 16 años regresando de vacío del Hemisferio Sur.

La supremacía del XV del Dragón es lo único que tiene claro el rugby europeo, que no sólo estará pendiente de lo que pase sobre el césped, si no de los despachos. El futuro de las competiciones continentales de clubes está en juego. La Heineken Cup (Copa de Europa) disputa su última temporada si no hay acuerdo de última hora. A franceses e ingleses le da igual, con un campeonato interno fuerte y bien sostenido económicamente. Pero en medio se quedan Irlanda, Gales, Escocia e Italia, con una Liga común pero cuyo contrato expira a final de junio de este año.

La fusión o escisión de torneos y clubes sirve como telón de fondo a este Seis Naciones. El futuro de muchas selecciones depende de los galimatías internos. Unas interrogantes que se trasladan al pasto. Irlanda e Inglaterra parten como aspirantes a robar el trono que ostenta el Dragón. Para los del Trébol tendrá la carga emotiva de la despedida de Brian O'Driscoll. Los de la Rosa querrán consolidar a su equipo con vistas al Mundial del año que viene en casa. Francia siempre debe estar en la terna de candidatas, aunque nunca se sabe cómo llega (el año pasado, últimos). Con problemas de liderazgo en el juego, también echarán de menos a su líder, el capitán Thierry Dusautoir, lesionado semanas antes del torneo. En otro plano surgen Escocia e Italia. Será un éxito que repitan su tercer y cuarto puesto de 2013.

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