Málaga CF - Granada CF

El traje aún viene grande (4-0)

  • El Granada CF se ve desbordado por un Málaga muy superior en todo momento. Los locales no dieron opciones y encarrilaron el partido desde el principio, sin dar ninguna opción.

El Granada CF salió escaldado en su visita a La Rosaleda. Está por ahora a años luz de un Málaga creado para dar muchas alegrías. Dos jornadas, dos derrotas, pero lo de ayer casi que cabía esperarlo. Habrá que medir sensaciones ante rivales de potencial más similar en las próximas jornadas.

Fabri aplicó una revolución en el equipo inicial que puso en liza para tratar de plantar cara en La Rosaleda al Málaga. Dejó fuera del once a Íñigo López, Mikel Rico, Jaime Romero e Ighalo. Los cuatro fueron titulares ante el Betis y algunos de ellos estuvieron incluso a buen nivel. Durante la semana el técnico gallego había indicado que algunos de los nuevos no habían tenido tiempo de integrarse en el sistema de juego y se encontraban sin ritmo de competición. Sin embargo, no realizó lo que había dado a entender unos días antes. La mayoría de los llamados a marcar diferencias estuvieron desde el principio sobre el terreno de juego. Diakhaté, Yebda, Martins, Franco Jara y Uche aparecieron. En esta ocasión fueron seis los futbolistas que se mantuvieron de la temporada pasada en la alineación.

Muy pronto se adelantó el Málaga. Ya había avisado Santi Cazorla y a la segunda colocó a su equipo por delante. Recibió un pase en corto y no se lo pensó para disparar ajustado al palo izquierdo de Roberto, que ni vio por donde le venía el balón. El equipo de Pellegrini salió dispuesto a apabullar desde el principio. Estaba dolido por su derrota inicial en el campo del Sevilla y más que obligado a llevar el peso del partido. Los rojiblancos intentaron sacudirse los complejos, pese a que llevaron la losa de ir por detrás en el marcador demasiado pronto.

Fue a través de Dani Benítez la forma en la que dejó el Granada el mensaje de que no quería ser presa fácil de un equipo concebido para luchar por retos mayores. El balear llevó algo de inquietud a la zaga local en los primeros compases. Hizo lo propio Franco Jara. El Málaga no se lo pensó dos veces y buscó los remates con insistencia en cada aproximación por medio de Joaquín y Santi Cazorla.

Los malacitanos empezaron a gustarse y firmaron unos minutos de mucha precisión. Juego en corto y mucho toque, lo que animó más a sus aficionados. El Granada se quedó a expensas de lo que su rival quiso. No pudo plantarle demasiada resistencia. En ocasiones se notó falta de entendimiento a la hora de elaborar los ataques. Yebda, Abel Gómez y Martins se vieron absorbidos por los jugadores de esa parcela en el Málaga.

Y no tardó demasiado en llegar el segundo. El Málaga jugó muy bien entre líneas y trazó acciones de mucha calidad. Un centro desde la derecha fue hacia la cabeza de Joaquín, que se la cruzó a Roberto. Los hombres de Pellegrini se sintieron superiores y a su ritmo marcaron el desarrollo del choque. Los tantos no llegaron por errores de los rojiblancos, sino por acciones brillantes de los anfitriones. El Granada no fue capaz de sacudirse el control casi absoluto que ejerció su oponente. Pegó un bajón psicológico tras el segundo gol y se esfumó del campo. Pudo marcar el tercero Van Nistelrooy. Desbordó a Siqueira y su disparo lo repelió Roberto a córner. La primera parte se consumió sin que el equipo de Fabri diera síntomas de resucitar. A punto estuvo de acortar distancias Dani Benítez. Su lanzamiento fue rechazado por Willy Caballero. El Málaga no dejó de divertirse ante un Granada abatido.

No hubo cambios en el regreso de los vestuarios. Marcó un golazo Santi Cazorla que remató más un encuentro que ya estaba más que sentenciado desde la primera mitad. Ejecutó una falta por debajo de la barrera desde el borde del área. El Málaga comenzó igual de fuerte la reanudación. No dejó respirar a los rojiblancos. Todo fue felicidad para los malagueños en las gradas. Disfrutaron con el juguete que les ha puesto a su disposición el jeque a base de abrir la cartera con alegría.

Martín Jara fue el que más se atrevió para tratar de recortar la diferencia. Lo malo es que no se vio acompañado por Uche y por los jugadores del centro del campo con mayor vocación de ataque. El partido había dejado de tener historia muy pronto y la consigna era no recibir un correctivo aun mayor. Santi Cazorla hizo lo que quiso y nadie fue capaz de pararlo.

Transcurrido el primer cuarto de hora de la segunda mitad, Fabri decidió mover el banquillo. Retiró a Dani Benítez y dio entrada al francés Mollo. Nada cambió. El Málaga fue el dueño de la contienda. Pellegrini también dio pasos a sus suplentes. Los puntos estaban decididos y se ofrecía la posibilidad de dar oportunidad a otros en la fiesta. Entró después Mikel Rico para relevar a Abel Gómez. De todos modos, el destino ya estaba decidido y nada iba a cambiar. La segunda mitad más bien sobró. Lo malo es que el Málaga hizo aún más sangre. Marcó el cuarto y hasta perdonó un quinto.

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