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La versión más ofensiva

  • Fabri apuesta por Collantes y desplaza a Orellana a la media punta para ganar en profundidad · El chileno acaba de delantero al retirarse Ighalo en la prórroga

Fabri apostó por la versión ofensiva para tratar de voltear la eliminatoria ante el Celta. Como más o menos se preveía sacrificó a Lucena, el mejor del equipo tres días antes en Balaídos y dejó sitio en el once inicial a Juanjo Collantes para jugar en la banda derecha. Eso provocó que se desplazara a la media punta Fabián Orellana para acompañar en ataque a Odion Ighalo. Estaba claro que había que salir con otras intenciones en Los Cármenes y no cabía lugar para adoptar precauciones. El Celta también realizó cambios, aunque mantuvo el mismo dibujo que utilizó en Vigo. El tridente de ataque varió al completo y entraron Dani Abalo, Iago Aspas y Michu para dejar sentados a De Lucas, Trashorras y David Rodríguez.

Un ciclón para atacar

Ese esquema de carácter más ofensivo originó que el Granada CF fuera un ciclón en la primera parte, sobre todo en la media hora inicial. Tanto Collantes como Orellana y Dani Benítez emplearon una velocidad extraordinaria para entrar tanto en diagonal como de frente. Eso rompió a la defensa céltica, que se vio desbordada y sin capacidad para frenar lo que se le vino encima. En el centro del campo Mikel Rico se sacrificó al máximo para tapar todos los agujeros y Abel fue el ingeniero de la creación. El que era capaz de ver el pase adecuado y los espacios para que brotara el fútbol ofensivo. Sólol Ighalo estuvo algo más perdido. Nyom y Siqueira se sumaron a la fiesta para romper por sus costados. Mainz e Íñigo López se tuvieron que multiplicar para hacer las coberturas.

El Celta, desbordado

El Celta se vio desbordado y no supo cómo desprenderse de esa apisonadora. Cedió el balón y los rojiblancos siempre intentaron jugar con cabeza y con una velocidad de crucero. Dani Benítez estuvo acelerado en algunos momentos y en su cabeza tenía metido que era uno de los llamados a marcar diferencias. Se orientó varias veces para meterse por dentro y buscar el disparo a portería, aunque a veces pecó de individualismo, cuando hubiera sido más apropiado apoyarse en Ighalo. Collantes y Orellana fueron las pesadillas de la defensa rival. Sus constantes movimientos rompieron una y otra vez a la defensa del Celta. Con esos argumentos se logró abrir el marcador en el meridiano de la primera parte..

Primer cambio

No cambiarion las piezas tras el descanso. Todo estaba funcionando más o menos como se había planificado. El ritmo frenético que impuso el Granada CF empezó a pasar factura. Fabri decidió prescindir de Collantes y dejó sitio a Carlos Calvo. El dibujo no cambió y el madrileño se colocó en la banda derecha. El equipo rojiblanco siguió atacando y generó numerosas ocasiones. Falló el penalti Dani Benítez y se perdonó en varias ocasiones, aunque el Celta espabiló, sobre todo con la entrada de Trashorras, que encontró espacios entre un Granada CF que estaba lanzado al ataque. Los centrales tuvieron que multiplicarse para salir al corte.

Escasa gasolina

Las energías estaban al límite y había que pensar en realizar otros cambios al haber muchos jugadores sin aire. Entró Rubén para ocupar por la izquierda el sitio del lesionado Siqueira. El esquema no cambió. El equipo granadino estaba con la reserva puesta y sus acciones de ataque ya no eran tan fluidas como las de la primera hora del encuentro. Trashorras se convirtió en una pesadilla para los granadinos. Envió dos balones al larguero y movio a toda la defensa con sus diagonales. Los nervios estaban a flor de piel y el cansancio hizo mella. Ighalo estaba agotado y Fabri decidió retirarlo para sacar a Óscar Pérez. Eso propició que Orellana pasara a ser el delantero centro. Las fuerzas estaban agotadas y ya ni valía la disposición táctica sobre el terreno de juego. Se corría de un lado para otro, pero sin fuerzas para definir. Así de esa manera se agotó la prórroga y cualquiera pudo marcar. El Celta había sacado jugadores de refresco que le dieron otro aire en ataque.

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