Economía

La filial operativa de Abengoa, en causa de disolución al vencer 169 millones de deuda

Sede de Abengoa, en el campus de Palmas Altas, en Sevilla.

Sede de Abengoa, en el campus de Palmas Altas, en Sevilla. / Julio Muñoz · Efe

La filial operativa de Abengoa, Abenewco 1, está desde que comenzó abril en causa de disolución por tener vencida 169 millones de deuda que debía abonar el 31 de marzo como muy tarde.

Tal como avanzó ese día este diario, el pasado miércoles vencieron deuda y bonos pendientes de pago y que proceden de la primera reestructuración financiera ejecutada en 2017, que permitió levantar el preconcurso que se declaró en noviembre de 2015.

Fuentes de la compañía confirmaron a este diario que Abenewco 1 no ha afrontado el abono de 169 millones de euros como pago de la deuda restante del New Monney 2 (NM2). Inicialmente, el NM2, según la operación de refinanciación ejecutada en 2017, consistía en un préstamo de 194,5 millones, de los 26.094.319 euros corresponden a una emisión de bonos. Desde entonces, su fecha de vencimiento siempre fue el 31 de marzo de 2021.

En la segunda reestructuración de 2019, se refinanció el 55% del NM2, que junto a los intereses generados, suman los 169 millones de euros que están impagados.

La Ley de Sociedades de Capital establece como causa de disolución  que el patrimonio neto de la compañía sea una cantidad inferior a la mitad del capital social. En el caso de la filial de Abengoa, el capital social de Abenewco 1 es de apenas 160.000 euros, y la deuda vencida es más de mil veces superior.

La empresa admitió a este periódico que la situación actual del grupo Abengoa, que tiene a su matriz en concurso de acreedores voluntario, ha impedido abonar la deuda al vencimiento del plazo, porque carece de liquidez para ello.

Para solventar la causa de disolución, la empresa sólo baraja por ahora una solución, lograr de los acreedores, a los que no identifica, una dispensa (waiver) que permita declarar esa deuda como pendiente de pago, algo en lo que ya trabajaba a finales de marzo pero que no ha logrado.

La compañía intenta que este nuevo inconveniente sea resuelto dentro de la operación de refinanciación que ha planteado y que está pendiente de ser aceptada por el Gobierno central, que pondría fondos a través del ICO y avales del Cesce, en una fase inicial y que, posteriormente tendría que autorizar que la SEPI concediese 249 millones del fondo de rescate por el Covid-19, pero que, según anunció, se usaría para el repago de esa financiación por parte del ICO.

La reestructuración financiera necesitará también de la autorización del administrador concursal de la matriz, EY, y del juez Miguel Ángel Navarro, por ser la filial operativa el principal activo de Abengoa SA.

Las mismas fuentes descartaron categóricamente que Abenewco 1 acuda de momento a algunas de las figuras de la Ley Concursal para proteger los activos y que éstos no puedan ser ejecutados.

Mientras no aumente capital, obtenga una dispensa o refinancie esta deuda, los acreedores pueden ejecutar las garantías que en las reestructuraciones de 2017 y 2019 se establecían para esta deuda.

La postura adoptada con la filial es radicalmente opuesta a la que la dirección anterior mantuvo con respecto a la matriz del grupo, que pretendía liquidar, objetivo que el nuevo consejo, tras traicionar a los accionistas de Abengoa SA que lo eligió, ha hecho suyo hasta el punto de pedir el concurso voluntario.

En mayo de 2020, el consejo que entonces presidía Gonzalo Urquijo señaló que la matriz se había situado en causa de disolución por un evento de incumplimiento al tener patrimonio negativo neto negativo, en virtud de un informe de valoración de Abenewco 2, la primera de las sociedades interpuestas entre la matriz y la filial operativa. Entonces anunció que su intención era reequilibrar el patrimonio. Pero en agosto, al anunciar el tercer rescate (que resultó fallido), propuso como solución separar a la matriz del resto del grupo, que pasaría a encabezar Abenewco 1. Doce días después, el 18 de agosto, solicitó el preconcurso de la matriz.

En la actual coyuntura, no ya por una valoración, sino por una deuda formalmente vencida, los administradores que siguen la hoja de ruta de los anteriores, aunque con variaciones la introducir a un comisionista experto en despiezar grupo industriales, Terramar, se niegan en rotundo a usar la figura del preconcurso o del concurso para proteger los activos y el empleo.

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