La sindicatura de accionistas de Abengoa que impulsa el empresario cántabro Clemente Fernández, ex presidente de Amper, se hace realidad. Uno de los síndicos registró este martes en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la agrupación de propietarios minoritarios y el pacto parasocial al que han llegado.

La comunicación inicial de la sindicación de accionistas representa el 7,84% del capital social de la multinacional fundada en Sevilla en 1941 por por los ingenieros Javier Benjumea Puigcerver y José Manuel Abaurre Fernández-Pasalagua, junto con tres amigos y otros familiares.

Las sindicaturas tienen que ir comunicando el capital cuyo voto aglutina a partir de un 3% del capital e ir actualizándolo si superan, el 5%, el 10% o el 15%, y así sucesivamente. Como los accionistas siguen haciendo los trámites para sumarse al sindicato, es probable que en próximas jornadas, Abengoashares comunique aumentos del capital sindicado según se vayan superando esos umbrales.

La estimaciones iniciales de Fernández es que lograsen sumar a la sindicatura entre un 14% y un 19% del accionariado minoritario. En la última junta de accionistas, los minoritarios ganaron la junta con cerca de un 20% del capital social, gracias al apoyo del 74% de los accionistas presentes en la junta general extraordinaria.

Con este registro, la sindicatura de Abengoashares ya es el accionista de referencia de Abengoa, dado que él único con una participación significativa hasta ahora era el Gobierno, a través de la Secretaría de Estado de Comercio.

Los promotores de la sindicatura han registrado ya la unión de accionistas para asegurar cuanto antes la convocatoria de una nueva junta general para destituir al nuevo consejo de administración que ha traicionado a la masa social que les ha nombrado, incumpliendo los mandatos aprobados en junta general de noviembre y alineándose con la dirección destituida en la matriz que sigue gobernando el grupo desde la filial operativa, Abenewco 1 y que aún preside Gonzalo Urquijo.

Los accionistas están pendientes de que la CNMV registre y tramite el pacto de sindicación, pero también trabajan en paralelo para convocar la junta si es preciso mediante la presentación de una petición respaldada mediante poderes por el 3% del capital, como ya iniciaron a mediados de septiembre para convocar la que se celebró el 17 de noviembre.

El pacto de accionistas tiene tres síndicos, Manuel Figuerola Martín, Pablo De Dios Montejo y Francisco Moncho Gramage, y la lidera Clemente Fernández, a quien los minoritarios quieren aupar a la presidencia de Abengoa S.A., tomar el control y destituir a los anteriores gestores de la filial operativa.

Los minoritarios están determirnados a lograr ejecutar su plan original, boicoteado primero en noviembre por Urquijo al impedir la elección del consejo propuesto, y en diciembre, al traicionar los consejeros afines a Marcos de Quinto, entre ellos su cuñada, al colectivo que los eligió y alinearse con los intereses de los acreedores que pretenden liquidar la matriz y dejar a los propietarios sin nada.

Sale del índice general de la Bolsa de Madrid

Por otro lado, BME, la empresa gestora de los mercados bursátiles en España, confirmó este lunes que ha sacado del índice general de la Bolsa de Madrid a Abengoa, tanto en sus títulos de clase A como de clase B.

La razón es que la cotización está suspendida por la CNMV desde el pasado 14 de julio y que sus valores no fluctúen distorsionan la fiabilidad del índice. En un comunicado, BME asegura que las acciones de Abengoa “fueron suspendidas como consecuencia de haber agotado alternativas dirigidas a la continuidad del negocio del grupo debido a la ausencia de liquidez y avales”.

Esta decisión de BME no tiene trascendencia sobre la situación interna que vive Abengoa, porque aunque salga del índice general sigue siendo una compañía cotizada y tiene que seguir cumpliendo los requisitos que de ello se infiere, y cuya supervisión corresponde a la CNMV.

En los últimos meses, Abengoa S. A., bajo la dirección de Gonzalo Urquijo ha cometido importantes incumplimientos, entre los que destacan que no haya formulado las cuentas de 2019 (y aún se niega a entregar el informe de auditoría tanto al regulador de los mercados como a los accionistas) ni ha publicado los resultados del segundo y tercer trimestre del ejercicio 2020, por lo que es imposible conocer cuál es la situación real de la compañía.