Economía

Detectan en EEUU tres nuevos casos de estafa y detienen a 4 financieros

  • La acusación más grave recae sobre los inversores neoyorquinos Paul Greenwood y Stephen Walsh, que estafaron más de 550 millones de dólares a diversas universidades y organizaciones benéficas.

Las autoridades estadounidenses han detectado tres nuevos casos de estafa a través de transacciones de valores y transferencias bancarias ilegales, por los que este jueves fueron detenidos cuatro financieros, acusados de defraudar más de 560 millones de dólares.

La acusación más grave recayó sobre los inversores neoyorquinos Paul Greenwood y Stephen Walsh, de la compañía WG Trading, que fueron arrestados bajo la acusación de estafar más de 550 millones de dólares a diversas universidades y organizaciones benéficas.

La Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York informó en un comunicado de que Greenwood, de 61 años, y Walsh, de 64, supuestamente han desviado a sus cuentas personales el capital de varios planes de pensiones e instituciones, cuya inversión a través de WG Trading superaba los 668 millones.

Entre los centros estafados se encuentran las universidades de Pittsburgh y Carnegie Mellon, detalló la Fiscalía.

La estafa, que habría comenzado en 1996, se alargó hasta que este mes ambas instituciones denunciaron a la compañía por pérdidas de 114 millones de dólares que atribuían a una mala gestión en las inversiones de su capital.

Las autoridades estadounidenses añadieron que, de las operaciones ilegales que los dos empresarios realizaron, Greenwood se apropió de cerca de 293 millones de dólares y Walsh, de unos 261 millones, que ingresó en la cuenta de su actual ex mujer.

Por su parte, Greenwood destinó el dinero a la compra de bienes privados como caballos y artículos de colección.

También fue detenido James Nicholson, fundador de la firma de inversiones Westgate Capital Management, al que se le acusa de delitos similares.

Según la Fiscalía y el FBI, Nicholson, de 42 años, informaba a sus clientes de que Westgate Capital Management, con sede en la población neoyorquina de Pearl River, contaba con activos que oscilaban entre los 600 y los 900 millones de dólares, cuando el valor real era inferior.

Los inversores le habrían confiado al menos 100 millones de dólares desde 2004, con la promesa además de que sus cuentas estaban siendo auditadas por una entidad independiente, algo que según las autoridades era falso.

Asimismo el financiero neoyorquino Mark Bloom, de 57 años, fue aprehendido por estafar unos diez millones de dólares a diversos inversores en transacciones de valores y de realizar transferencias bancarias ilegales.

En otro comunicado, la Fiscalía y el FBI detallaron que desde julio de 2001 y hasta la actualidad Bloom presuntamente ha engañado a clientes del fondo de inversión North Hills, que él gestionaba.

El financiero anunciaba que la cantidad invertida se destinaría a varios fondos de inversión para reducir el riesgo de las operaciones y conseguir rendimientos cercanos al 12 por ciento.

Sin embargo, a partir de febrero de 2004, y sin consultarlo con los inversores, Bloom habría destinado al menos el 50 por ciento del capital del fondo North Hills a otro, el Philadephia Alternative Asset Fund (PAAF).

Según las autoridades estadounidenses, Bloom no comunicó a sus clientes que había alcanzado un acuerdo con los gestores de ese fondo para invertir en él parte del capital.

Además, por ese desvío el acusado habría cobrado comisiones que ascienden a 1,6 millones de dólares en 2005, año en que el informó a sus clientes de estas transacciones.

La Fiscalía de Nueva York y el FBI añaden que el detenido también se habría apropiado de diez millones de dólares del fondo que gestionaba, con los que compró un piso en Manhattan y otros bienes personales.

Los cuatro detenidos se enfrenta a penas de hasta 20 años de cárcel cada uno por delitos relacionados con transacciones de valores fraudulentas, mientras que Greenwood, Walsh y Bloom también podrían ser condenados a otros 20 años por transferencia bancarias ilegales.

Además, Nicholson se arriesga a otra pena de 30 años por un delito de fraude bancario.

La alarma sobre este tipo de fraudes saltó el pasado diciembre cuando el FBI y la Policía de Nueva York detuvieron en Manhattan al financiero estadounidense Bernard Madoff, acusado de estafar 50.000 millones de dólares a través de una pirámide financiera, que podría convertirse en una de las mayores estafas de la historia.

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