La bolsa española ha registrado esta semana la mayor caída en 13 meses al bajar el 6,65% condicionada por la situación de la economía y los mercados chinos y su incidencia en los países emergentes, así como por la bajada del precio del petróleo.

En el peor arranque de año de la historia del Íbex 35, se juntaron la contracción de la actividad industrial en China en diciembre; la desaceleración de su sector servicios y la depreciación del yuan (se cambió a 6,6 dólares).

Algunas de las contribuciones chinas a esta caída semanal fueron el levantamiento de la prohibición de vender títulos para los grandes accionistas y el cierre de las bolsas cuando las pérdidas superaban el 7%, orden que fue suprimida cuando se comprobó que favorecía las caídas de los parqués, superiores al 8% en dos sesiones.

Por añadidura llegaron los daños causados indirectamente, a través de los países emergentes, de la depreciación de sus monedas (el real brasileño caía esta semana el 2%), de la caída del precio de las materias primas que exportan, de las cotizaciones de las empresas mineras o transformadoras y de compañías de otros sectores que tienen comprometidas inversiones en esos países.

Además, el Banco Mundial recortaba las previsiones de crecimiento para este año del 3,3 al 2,9%, Corea del Norte realizaba pruebas nucleares y seguía el toma y daca entre Arabia Saudí e Irán por los disturbios nacidos tras la ejecución de casi medio centenar de personas.

La caída del precio del petróleo (el barril de Brent descendió esta semana hasta 32,16 dólares, cotización desconocida desde abril de 2004) y su correlación con la evolución bursátil contribuyó decisivamente a que la bolsa española no iniciara la primera semana del año con ganancias, lo que no sucedía desde 2009.

Además afectó a la bolsa la revalorización del euro al final de la semana hasta 1,09 dólares, aunque al principio de ésta descendía a 1,07 después de conocerse la baja inflación en la Eurozona, que acababa el año en el 0,2%, lo que podría propiciar nuevas medidas monetarias expansivas del Banco Central Europeo y perjudicaba a los bancos.

Sin embargo, acabaron con un peor resultado semanal otras plazas europeas, por la composición de empresas exportadoras de sus índices. Así, Fráncfort cayó el 8,32%; Milán el 7,23%; el índice Euro Stoxx 50 el 7,16%; el índice Stoxx 600 el 6,69%; París el 6,54% y Londres el 5,28%.

En la tercera semana consecutiva de pérdidas, el principal indicador de la bolsa, el Íbex, cayó un 6,6% y terminó con todos su componentes con pérdidas. La mayor correspondió a ArcelorMittal, el 13,42%, seguido del Banco Popular, que cayó el 13,24%, mientras que Repsol cedió el 11,77%. Cayeron más del 10% OHL (11,4%); Banco Santander (10,4%); Sacyr (10,53%) y DIA (10,07%). FCC fue la compañía con el menor descenso semanal al bajar el 0,7%.