El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha afirmado este martes en el Pleno del Congreso que España está entrando en el "círculo virtuoso" de una recuperación económica "sólida" que huye de "las fragilidades del pasado", aunque ha defendido la necesidad de huir de discursos populistas y de la "fatiga" ante las reformas. Durante su intervención ante la Cámara Baja para defender el techo de gasto del próximo ejercicio, antesala de la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del próximo ejercicio, el titular de Hacienda ha recordado que en el mismo debate del año pasado ya avanzó que se había dado "la vuelta a la esquina de la crisis", un pronóstico que, a su juicio, se ha cumplido en los últimos meses.

"Hoy tengo la obligación y la satisfacción de dibujar un panorama completamente diferente del de hace un año, y puedo decir que el Gobierno no se equivocaba en ninguno de sus pronósticos. Habíamos doblado la esquina de la crisis y algunos, seguramente por extraños intereses políticos, no querían reconocerlo. La pregunta es qué grupo político subirá hoy a la tribuna para decir que no hay recuperación. Estoy seguro de que ningún grupo traspasará esa línea", ha retado.

Y para apoyar estas palabras, Montoro ha citado la evolución de los datos de demanda interna, exportaciones, consumo nacional, acceso a los mercados financieros internacionales, crédito bancario, saneamiento de los balances empresariales y de las cuentas familiares, ganancias de competitividad, "estabilización" del nivel de deuda externa, desapalancamiento financiero del sector privado, mejoras de capitalización bursátil y consolidación de las cuentas públicas.

"Son las cifras de la confianza en el país, que asientan la recuperación económica y hacen que los mercados crean en España. Estos datos están provocando una ola de recuperación del optimismo hacia nuestro país", ha añadido el ministro, insistiendo en que el país "está entrando en el círculo virtuoso del crecimiento económico y la creación de empleo". De hecho, ha resaltado la mejora de la afiliación a la Seguridad Social de los últimos meses, que apunta a que "al final de la legislatura habrá menos parados que al inicio", y todo con tasas de crecimiento inferiores a las que habitualmente eran necesarias.

"Pero eso, siendo importante, no es lo más relevante. Lo más relevante es que se habrán sentado las bases para afrontar un periodo económico largo de crecimiento creador de empleo, que devuelva a nuestra sociedad la igualdad de oportunidades. Eso refleja el esfuerzo, la ilusión y la mejor esperanza de un pueblo entero que, como el español, cuando se levanta empieza a asombrar al mundo, llama la atención del mundo entero", ha proclamado el ministro. A renglón seguido, ha insistido en que en este momento se puede ya pronosticar una "recuperación económica sólida" que no se basa en las "fragilidades" del pasado, pero ha alertado contra el riesgo de "mostrar fatiga" ante la necesidad de acometer las reformas que el país aún necesita.

"Y es también el momento de huir de discursos políticos populistas que no tienen nada que ver con la recuperación del empleo. Ahora volvemos a ser lo que fuimos cuando fuimos capaces de fundar el euro. Seremos referente del crecimiento de la UE", ha añadido. No obstante, para ejercer esa función de "liderazgo" europeo, Montoro ha reiterado la necesidad de mantener el compromiso con la reducción del déficit público, porque "es la mejor contribución" a la estabilidad económica y lo que "hace posible que, contra todo pronóstico", hoy España esté "en los albores de un crecimiento económico creador de empleo".

Y ha sido en este contexto en el que el ministro ha enmarcado el techo de gasto y los objetivos de estabilidad fiscal fijados por el Gobierno para el año que viene, que establecen un límite de gasto no financiero para el Estado de 129.000 millones de euros, un 3,15% inferior al presupuesto inicial de este ejercicio. En este sentido, el titular de Hacienda ha resaltado que se podrán alcanzar los objetivos de consolidación fiscal sin nuevos recortes, únicamente con una política de "contención" del gasto que se completará con los ahorros que la propia evolución positiva "pero conservadora" del PIB y del empleo aportará en partidas como las prestaciones por desempleo o los intereses de la deuda, que "va serenando sus ritmos de aumento" aunque no será hasta 2016 que comenzará a reducirse. Gracias a esa tendencia, Montoro confía en que será posible compatibilizar un presupuesto aún austero con el mantenimiento del gasto social y con una reforma fiscal que "devolverá a la sociedad" 3.700 millones de euros el próximo año.