Economía

El OEA revisa al alza el crecimiento andaluz para este año pero rebaja aún más el de 2023

Francisco Ferraro, Francisco Herrero y Manuel Alejandro Hidalgo, en la presentación del informe.

Francisco Ferraro, Francisco Herrero y Manuel Alejandro Hidalgo, en la presentación del informe.

Tras un verano en el que la economía se ha comportado mejor de lo que se esperaba, el panel de expertos del Observatorio Económico de Andalucía (OEA) ha revisado al alza el crecimiento para el conjunto del año 2022, aunque los claros síntomas de desaceleración también han propiciado que haya una revisión a la baja del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2023, que pasaría a ser el 1,1% para todo el año 2023, incremento suficiente como para mantener el nivel de empleo de la comunidad autónoma.

Estas son las principales conclusiones del informe Economía Andaluza. Tercer trimestre, que fue presentado por el OEA en la Cámara de Comercio de Sevilla este jueves.

Francisco Ferraro, presidente del OEA, explicó que el panel de economistas ha elevado el crecimiento de la economía andaluza para este año en medio punto, ya que la anterior previsión situaba el aumento del PIB para 2022 en el 3,8%. La rebaja de la previsión en el comportamiento de la actividad económica en 2023 es de nueve décimas, ya que la anterior estimación era que crecería un 2% en el conjunto del año próximo.

Pese a que la contracción de la economía andaluza, en línea con el comportamiento de la española y el de otros países de la Unión Europea, parece asegurada, probablemente desde el cuarto trimestre de este año y, sobre todo, en el primero de 2023, Ferraro puso de manifiesto que "es posible que no se llegue a vivir una recesión", esto el crecimiento negativo en dos trimestres consecutivos. "Hay restar importancia a la palabra, porque lo más importante es que aunque hubiese esa recesión será muy corta y de muy poca intensidad", dijo.

Ferraro explicó que la caída del ritmo de crecimiento de la actividad que experimentará la economía andaluza está  profundamente ligada al de un escenario previsible para la economía mundial igualmente débil, si no negativo. Las razones son de sobra conocidas: la guerra en Ucrania, la inflación generalizada y, como consecuencia de ésta, el endurecimiento de la política monetaria y del acceso a la financiación.

Pero a pesar de ser un escenario contractivo, Ferraro señaló que la previsión de crecimiento de la economía española no es tan negativa, dijo antes de repasar distintas previsiones referidas a nuestro país que no superan el 1,5% del PIB, si se excluye la del Gobierno central, que es mucho más optimista y supera el 2%.

En línea con esa mejor evolución española en lo que va de año, el OEA considera necesario revisar el crecimiento económico en Andalucía para lo que resta del año y para 2023.

"Mientras se espera que 2022 acabe con un crecimiento ligeramente superior al estimado en el segundo trimestre, no es el caso para el año que entra en pocas semanas", precisó Ferraro, quien recordó que, como España, Andalucía vive una dinámica desaceleradora de la actividad económica que se está viendo intensificada por las medidas restrictivas de la política monetaria y que provocaría "una contracción en el primer trimestre de 2023, aunque ésta no debería extenderse más allá de la primavera siempre y cuando no se produzca un recrudecimiento de la guerra de Ucrania ni las condiciones climatológicas del invierno provoquen restricciones y encarecimientos energéticos".

Andalucía más vulnerable

El presidente del OEA enfatizó que las características de la economía andaluza pueden hacerla más vulnerable a dicha probable contracción económica, por su mayor dependencia a la actividad productiva exterior, asociada al turismo y a las exportaciones, en concreto las energéticas, así como del consumo, más orientado hacia una cesta de bienes que se está viendo afectada especialmente en los precios energéticos y de alimentos.

Tampoco ayudará la "secular peor estructura del mercado de trabajo", en el que hay un mayor peso de la temporalidad y empleos de menor valor añadido asociados a sectores con menor resiliencia. Esa debilidad de la fuerza de trabajo puede afectar a la evolución del gasto de las familias si el empleo se deteriora.

Además, está el problema de la sequía, "cuyos efectos ya evidentes se extenderán de momento hasta principios de año".

Para compensar esos factores que ponen el riesgo el crecimiento, la inversión, que ha dado muestras de un buen ritmo de crecimiento durante este año. Por ello es importante cuál va a ser el ritmo de ejecución de los fondos europeos, que deben jugar un papel importante.

"En conclusión, el buen comportamiento del tercer trimestre de 2022 y la revisión estadística realizada por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía para el resto de los trimestres de 2022 nos lleva a revisar al alza el crecimiento para el año en curso desde el 3,8% hasta el 4,3%. Sin embargo, por todas las consideraciones anteriores, se reduce la estimación del crecimiento económico regional para 2023 desde el 2% estimado en el segundo trimestre hasta el 1,1%, cifra que permitirá mantener el nivel de empleo", explicó Ferraro.

Un verano mejor de lo esperado

Previamente, Manuel Alejandro Hidalgo, había explicado las razones por las que el tercer trimestre del año se puede considerar como positivo, teniendo en cuenta que su comportamiento ha sido mejor del que se esperaba. 

Hidalgo detalló que según el Indicador Sintético de Actividad de Andalucía del Observatorio Económico de Andalucía, la economía andaluza experimentó un crecimiento intertrimestral del PIB del 0,1 % en el tercer trimestre de 2022, una décima menos que el estimado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el PIB español. Con esta tasa, el crecimiento interanual del indicador estimado para el segundo trimestre de 2022 es del 3,5%, tres décimas inferior al estimado en la Contabilidad Nacional Trimestral del INE para España. 

Entre los principales factores que explican este débil crecimiento pero todavía positivo está que el consumo residente (el de las familias andaluzas) tuvo una evolución negativa entre junio y septiembre, que sin embargo se vio compensada por un crecimiento del consumo de los no residentes, gracias a una afluencia turística mejor de la esperada. También la industria y los servicios ligados al proceso de la digitalización tuvieron comportamientos positivos.

Además, el mercado de trabajo ha seguido creciendo, "aunque hay indicadores contradictorios", dijo Hidalgo, que explicó que "las causas de la disparidad son variadas, y no todas conocidas, pero parece que se están experimentando las consecuencias del reajuste en los parámetros que lo definen (como tipos de contratos, horas trabajadas por contrato, etcétera), así como de la nueva regulación que obliga a realizar una lectura prudente de los mismos".

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