Economía

Portugal anuncia un impuesto que reducirá a la mitad la paga de Navidad

  • El nuevo Gobierno conservador propone tasas y privatizaciones para cumplir los requisitos para el rescate.

El nuevo Gobierno conservador de Portugal anunció un impuesto que dejará en la mitad la paga de Navidad de los trabajadores y un adelanto de las privatizaciones, entre otras medidas para cumplir las exigencias de su rescate financiero. El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, abrió un debate de dos días en el Parlamento para presentar su programa de Gobierno, que incluye también reformas de la Justicia y la Educación no detalladas y en el que dará prioridad a la restauración de la confianza en las finanzas portuguesas.

El cumplimiento de los requisitos del programa de 78.000 millones de euros de ayuda externa concedida a Lisboa en abril por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tendrá "preferencia sobre cualquier otro objetivo" subrayó Passos Coelho, que se mostró decidido a "no correr riesgos en esa materia".

Las privatizaciones de las empresas que, de forma total o parcial, aún están en manos del Estado será adelantada y sus participaciones del 25% en la eléctrica Energías de Portugal (EDP) y de cerca del 90% en Redes Energéticas Nacionales (REN) saldrán a la venta en el tercer trimestre de este año. El Gobierno luso también prevé vender el 8% que posee en la petrolera Galp y el 100% de la aerolínea TAP, dos de las mayores empresas del país, según el texto de su programa, divulgado el lunes.

Con todo, la medida de mayor calado anunciada por Passos Coelho fue un "impuesto especial" para equilibrar las finanzas lusas que se llevará este año el 50% de la paga extra de Navidad de todos los trabajadores. Aún faltan sus detalles técnicos, pero se aplicará por encima del salario mínimo luso, que es de 485 euros mensuales, según el primer ministro, que asumió el poder la semana pasada tras acabar con seis años de Gobierno socialista en las elecciones del pasado día 5.

Passos Coelho subrayó el "desafío sin precedentes en la historia del país" al que se enfrenta y anunció que va a adoptar las medidas necesarias "de anticipación y prevención" para cambiar el ciclo de la economía y recuperar la confianza financiera en Portugal. El anuncio del impuesto sobre la paga de Navidad fue duramente criticado por las fuerzas de la izquierda marxista parlamentaria, en tanto los socialistas expresaron su decisión de "reservar" el voto hasta conocer los detalles de la medida. El secretario general del Partido Comunista luso, Jerónimo de Sousa, acuso a Passos Coelho de sacrificar aún más a los trabajadores para beneficiar a los bancos, los ricos y las grandes empresas del país. El líder de la cuarta fuerza parlamentaria reprochó además al primer ministro no haber informado de sus intenciones en la campaña electoral y anunció que la población "no aguantará".

Pero Passos Coelho justificó sus medidas en la gran dimensión y profundidad de la crisis de Portugal, que consideró la peor de su historia democrática. Hay que hacer los ajustes no realizados cuando Portugal se adhirió al euro, señaló el político conservador, que se mostró convencido de que el país "saldrá más fuerte" de la crisis. "Creemos en el crecimiento económico como un valor político y social", subrayó al prometer también un programa de emergencia social que estará listo a finales de mes.

El nuevo Gobierno luso que forman el Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha) y el Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP, democristiano) vigilará de forma "rigurosa" las cuentas públicas para reducir este año el déficit fiscal al 5,9 %, un objetivo incumplido ya en el primer trimestre. Passos Coelho, presidente del PSD, adelantará también a este año algunas medidas estructurales pedidas por la UE y el FMI sobre libre competencia y apertura de la economía, que no detalló.

El debate del programa de Gobierno, que marca la investidura del Ejecutivo, puede concluir este viernes sin que se pida su votación, como han adelantado ya los socialistas, ahora principal oposición con 74 de los 230 diputados. Pero, en cualquier caso, el PSD, con 108 representantes, y el CDS-PP, con 24, garantizan a Passos Coelho la mayoría absoluta necesaria para aprobar cualquier propuesta.

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