Economía

Primer gran reconocimiento al gremio de la piel de Ubrique

  • Juan Luis Casillas recibe la primera Carta de Maestro Artesano concedida a un marroquinero, distinción que comparte con "todos los artesanos y emprendedores"

Marcas nacionales e internacionales de gran prestigio imprimen su sello en monederos, carteras, bolsos, cinturones, fundas o tarjeteros que salen directamente del taller Casillas Piel de Ubrique, especializado en la fabricación artesanal de productos de marroquinería en piel de primera calidad. Este mercado supone una partida importante dentro del volumen de producción del taller ubriqueño y una línea de negocio consolidada. Sin embargo, Juan Luis Casillas, artesano gerente de la empresa y secretario de Aeada, Asociación Empresarial Artesanos de Andalucía, cree que la marca Ubrique aún tiene que abrirse paso como sello independiente. "La internacionalización de la marroquinería de Ubrique está consolidada, gracias a las grandes firmas de lujo, pero no puede depender únicamente de estas marcas de primera calidad y del devenir de sus negocios. La carrera hacia la exportación de la marca Ubrique debemos comenzarla ya".

Éste es uno de los principales retos que tiene ante sí la artesanía de Ubrique, donde se fabrica el 90% de la producción andaluza de la piel y que emplea a 4.000 personas. Esta tradición peletera ha dado paso a un increíble catálogo de piezas y artículos de complementos avalados por la garantía de la denominación Piel de Ubrique.

negocio y maestría

En esta localidad de la Sierra de Grazalema (Cádiz), la marroquinería forma parte esencial de la economía y del turismo, y hace poco ha recibido uno de los principales reconocimientos a los que puede optar la artesanía, a través de la concesión de la Carta de Maestro Artesano a Juan Luis Casillas, quien hace esta distinción extensible a su hermano Sebastián y a todo el gremio: "El mérito de este galardón, de esta primera y única Carta de Maestro Artesano concedida a nuestro gremio y localidad es compartido por ambos hermanos al 50% y especialmente dedicado y compartido al 100% con todos los artesanos y emprendedores de nuestra localidad, los presentes y los ausentes", declara Casillas.

Artesano de grandes inquietudes formativas y profesionales, con 14 años inició su aprendizaje junto al maestro Bartolomé Saborido. "Él me enseñó, como a tantos y tantos chavales de aquella época, a saber apreciar y transformar con nuestras manos un trozo de piel en una obra de arte, en una obra maestra, en la expresión más pura y propia de la identidad Ubriqueña", recuerda.

Desde entonces, han pasado 30 años, dedicados a ejercer el oficio, a enseñarlo y a adquirir nuevos conocimientos, sobre todo en idiomas, nuevas tecnologías y comercio exterior, algo que le ha facilitado el camino hacia la exportación.

Juan Luis Casillas destaca también la oportunidad que ofrecen las ferias de muestras para hacer visible el producto y encontrar nuevas vías de comercialización. De esta forma, "en la expansión de la empresa -creada en el año 1989-, viajamos y expusimos nuestros artículos en las mejores ferias nacionales de sector como Intergift de Madrid Ifema y Expohogar de Barcelona, e internacionales de la mano de Extenda".

Asimismo, también es habitual la presencia del taller en eventos de índole provincial y local, "con especial mención a nuestra más apreciada participación, que no es otra que el Mercado Navideño de la Plaza San Antonio de Cádiz, Mercado en el que estamos orgullosos de participar desde hace ya seis años consecutivos", asegura Juan Luis.

Junto a su hermano Sebastián, gerencia el taller familiar Casillas Piel, del que salen miles de artículos que son comercializados dentro y fuera de España. De su mano, como de la de otros compañeros, la marroquinería de Ubrique ha dado la vuelta al mundo. Sin embargo, cuando mira al futuro del oficio, ve un inconveniente en las opciones formativas que se ofrecen. Para Casillas, "es conveniente que existan escuelas de artes y oficios o ciclos formativos que enseñen la artesanía de la marroquinería, porque hoy día el maestro no puede abarcar, por lo que supone de coste de tiempo y de dinero, el aprendizaje integral de su empleado o ayudante".

Aunque la innovación tecnológica ha irrumpido en la mayoría de los sectores, la marroquinería en Ubrique sigue conservando los procesos tradicionales de producción y sus propios patrones de diseño: "Por mucho que hayamos progresado y adquirido maquinaria, sigue siendo una labor plenamente artesanal, dura, a veces no reconocida como tal; ingrata en sus contraprestaciones económicas como ocurre con la artesanía en general, y a veces también denostada por quien no la conoce". La reciente Carta de Maestro Artesano viene a poner ahora su granito de arena en el deseado reconocimiento "de tan bonito oficio artesano, herencia de nuestros antepasados ubriqueños y andaluces", concluye Casillas.

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