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Protege tus finanzas en Internet

  • El auge de la banca digital ha propiciado que los usuarios refuercen su seguridad al máximo con hábitos como cambiar las contraseñas cada cierto tiempo, no usar redes públicas para transacciones o no facilitar a terceros datos de acceso personales

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La banca digital en España ha experimentado un fuerte avance en los últimos años fruto de las cuantiosas inversiones acometidas por el sector en innovación y digitalización de los productos y servicios financieros. Hoy en día, el 50% de los clientes de la banca ya son digitales, y en algunas entidades este porcentaje se eleva hasta el 70%. Sin duda, la posibilidad de acceder a los servicios financieros digitales supone importantes ventajas para los usuarios: agilidad, accesibilidad y comodidad, entre otras. Pero al mismo tiempo se generan riesgos potenciales que obligan a entidades y usuarios a reforzar al máximo las medidas de seguridad.

El tráfico en Internet ha crecido a nivel mundial durante los dos últimos años debido al aumento de muchas actividades digitales. Muchas empresas se han visto obligadas a agilizar su transformación digital. El cambio hacia el teletrabajo y la educación en remoto ha disparado la demanda de servicios cloud y de conectividad, acelerando la economía digital y el crecimiento del tráfico en la red. Además, el número de usuarios con acceso a Internet ha aumentado en todo el mundo y más de la mitad de la población mundial utiliza ya Internet móvil.

Las entidades financieras están apostando por la tecnología como método para proteger tanto los datos de sus clientes como sus cuentas bancarias. En ese sentido, aparte de la clásica recomendación de elegir contraseñas seguras y cambiarlas de manera regular, también están implementando nuevos métodos de seguridad y trabajando para facilitar un acceso más cómodo a través de sus aplicaciones digitales. Además, la directiva europea PSD2 ha reforzado la seguridad de los sistemas de autenticación electrónica. De esta manera, cualquier pago se realiza con un refuerzo a la hora de verificar la identidad del usuario.

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Aparte de las aplicaciones de seguridad implementadas por las entidades financieras, también se aconseja a los clientes que tomen determinadas precauciones para evitar brechas de seguridad. En ese sentido, se recomienda no compartir con nadie las contraseñas de acceso a la banca móvil, ni el código o patrón de acceso a los dispositivos (smartphones, tabletas u ordenadores). A su vez, se pide la configuración de la opción de bloqueo automático en los dispositivos móviles. Se puede hacer mediante PIN, patrón de desbloqueo, huella digital, o a través de la herramienta de reconocimiento facial si el móvil dispone de ella.

Los usuarios tampoco deben introducir datos privados en redes wifi públicas, puesto que algunas de estas redes abiertas se pueden utilizar para espiar el tráfico de datos. De esa forma, se capturan usuarios, contraseñas y otras informaciones para luego hacer un uso fraudulento de las mismas.

En cuanto a las contraseñas, se solicita que las cambien regularmente y que se utilicen combinaciones que entrañen cierta dificultad. Estas no deben guardarse en dispositivos móviles o en el ordenador. Tampoco deben quedar almacenados números de cuenta bancaria o números de tarjetas de débito o crédito, puesto que son datos confidenciales. En caso de que los dispositivos sean robados, el delincuente obtendría información sensible de los equipos personales.

Para reforzar la seguridad, no se debe proporcionar información personal o financiera a través de llamadas, mensajes o correos electrónicos. Y, por último, se debe reportar al banco de manera inmediata cualquier movimiento sospechoso. Son muchos los aspectos que influyen en la seguridad bancaria. Afortunadamente, y con la ayuda de la tecnología, las entidades están dando pasos para reforzar y cuidar la seguridad de los datos de sus clientes.

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