Renault va a adaptar su estructura productiva en España a la caída del mercado en todo el continente europeo y a su propia situación financiera. Carlos Ghosn, presidente del fabricante francés, presentó ayer los resultados de 2008, año en el que redujo un 78% su beneficio, hasta 599 millones. El directivo anunció que prevé reducir la plantilla en 9.000 personas este año.
Parte del recorte afectará a las plantas de Valladolid y Palencia, que fabrican coches completos, pero no a Sevilla, donde produce cajas de cambio. El futuro de las plantas castellanas está vinculado a que produzcan coches eléctricos, para lo cual Renault pidió ayuda al Gobierno español.
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