El presidente de la CEOE, Juan Rosell, indicó ayer que en torno "a un millón de amas y amos de casa" se han apuntado en los últimos tiempos a las listas del paro en España "para ver si pueden cobrar algún tipo de subsidio o ayuda". Rosell, que intervino en un curso de verano sobre empleo organizado por FAES, se quejó de las diferencias "gravísimas" que arrojan las dos maneras de medir el paro en España: el registro del servicio público de empleo y la Encuesta de Población Activa (EPA), con una brecha de cerca de un millón de desempleados entre una y otra, algo que "no le parece del todo serio".

"Cuando hablamos de parados no hablamos de lo mismo. Aunque tenemos Eurostat, cada país hace sus estadísticas, con las reglas que hay, pero adaptándolas mucho a sus circunstancias", precisó Rosell, que indicó que la EPA, por ejemplo, incluye al colectivo de prejubilados, alrededor de medio millón, cuando otros países no lo hacen.

El presidente de la patronal concluyó que, para él, "es preferible" el registro del antiguo Inem a la EPA, aunque añadió que el Instituto Nacional de Estadística (INE), responsable de esta última, ya está haciendo cambios para adaptar sus datos a la realidad.

Rosell acudió a otros indicadores para analizar si el Estado de Bienestar es diferente en España al de resto de países europeos. Sumando el número de pensionistas y parados -cubiertos por prestaciones y subsidios del Estado- en países como España, Francia, Alemania o Italia, el presidente de la CEOE concluyó que el porcentaje de éstos sobre el total de la población se mantiene prácticamente en el 31%. Esto indica, a su juicio, que el Estado del Bienestar se está manteniendo.

Durante su intervención, apostó además por reformar la negociación colectiva en España, que calificó de "anquilosada", y animó tanto a las organizaciones sindicales como a las empresariales a afrontar esta tarea con "valentía", desde cero. "Nos queda un camino tremendo. Está anquilosada en el pasado y hay que darle la vuelta al calcetín. La culpa es tanto de los sindicatos como de los empresarios porque no somos lo suficientemente valientes para poner un papel en blanco sobre la mesa. Tenemos algunos convenios de hace 30 años, con 200 páginas, que no entendemos, pero que seguimos firmando", explicó.

El dirigente empresarial reconoció que hacer esta reforma de los convenios es "muy complicado", pero recordó que hay sectores que han conseguido ir adaptándose a las circunstancias, como el sector del automóvil.

Aunque valoró favorablemente la reforma laboral de febrero de 2012, el presidente de la CEOE insistió en que no será la última (ya ha habido 35 reformas del Estatuto de los Trabajadores) y que los empresarios no han pedido "una vuelta de tuerca" de la misma, sino "apertura al siglo XXI".

"De vuelta de tuerca, nada. Hemos de abrirnos al siglo XXI, porque la economía es realmente distinta y nos hemos de adaptar subsectorialmente", subrayó el dirigente empresarial, que se quejó de que "los jueces no tienen muy claro lo que pone" en la reforma laboral y "están haciendo interpretaciones de todo tipo".

En materia de contratación, reconoce que el contrato a tiempo parcial actual "no es el mejor", aunque es "preferible tenerlo a no tenerlo", y apostó por simplificar los contratos, acabar con las bonificaciones y recortar cotizaciones.