Vodafone prescindirá de 70 empleados de los 400 que tiene en Andalucía en el marco del expediente de regulación de empleo (ERE) puesto en marcha tras la compra de la compañía de cable española ONO. Las duplicidades generadas en determinados puestos de trabajo a raíz de la fusión han llevado al grupo a pactar con los sindicatos un recorte de 1.059 empleos a nivel nacional -un 17,6% de los 6.000 totales-, de los que 70 procederán de la comunidad andaluza. El grueso de las salidas se concentrará en Madrid y la Comunidad Valenciana.

El presidente de Vodafone España, Francisco Román, destacó ayer, durante un desayuno-coloquio de la Fundación Cámara de Comercio de Sevilla, que se trata de "una cifra bastante modesta", que cuenta con el "factor positivo" de que sólo 25 personas saldrán de forma forzosa, ya que "el resto (45) serán bajas voluntarias y prejubilaciones", añadió. Los 70 afectados totales representan el 17,5% de la plantilla actual de Vodafone y ONO en Andalucía, en torno a 400 profesionales.

Los procesos de fusión arrancan siempre como algo "esperanzador", pero luego resultan "complejos" por tres ribetes: la integración cultural, de sistemas y de marcas. "Estas tres fases las hemos cubierto con esmero, pero ahora estamos sumergidos en la parte menos simpática de la fusión: la reestructuración laboral", explicó Román, que subrayó que, no obstante, de las 1.059 salidas pactadas en España, 650 serán voluntarias, y que la compañía ofrecerá ayudas para la recolocación de los que se marchen.

Román aprovechó su presencia en Sevilla para ensalzar "la importancia de Andalucía para Vodafone". Con 2,7 millones de usuarios de móvil, casi 600.000 de fijo, una fuerte presencia en cable y clientes potentes como la Junta, la comunidad se erige en uno de sus mejores graneros. A cambio, subrayó el directivo, la compañía aporta a la economía andaluza 1.060 millones de euros al año entre compras a empresas locales, salarios directos e indirectos y tasas e impuestos.

El presidente de Vodafone España resaltó ante un nutrido auditorio en el Club Antares de Sevilla la actitud de su grupo por "reconvertirse" a raíz de la crisis y el aumento de la competencia. "Los ingresos del sector de las telecomunicaciones en España han bajado un 30% en los últimos años; hemos sufrido bastante", reconoció. Una situación ante la que la compañía ha decidido redoblar su esfuerzo inversor -1.100 millones en infraestructuras el año pasado-, caminar hacia una oferta convergente con la compra de ONO, apostar por la proximidad al cliente, y meterse en "negocios de los que no teníamos ni idea, como la operación con Netflix - plataforma on line de películas y series-", abundó.