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Madrid/El Banco de España ha subido medio punto su previsión de crecimiento económico para 2024, del 2,3 al 2,8%, debido a la revisión al alza del avance del PIB de los últimos trimestres y a la positiva contribución de las exportaciones, al tiempo que ha recortado una décima la inflación media, al 2,9%.
El informe económico trimestral de la entidad, publicado este martes y el primero desde que el ex ministro José Luis Escrivá es el gobernador del Banco de España, explica que la nueva información estadística disponible de contabilidad nacional ha pesado 0,4 puntos porcentuales en la revisión al alza del crecimiento previsto para este año, mientras que las mejores perspectivas sobre la evolución del sector exterior han contribuido con los 0,1 puntos restantes. Esta evolución se produce pese a que reconoce que detecta estancamiento en el empleo y en la reducción del paro.
Respecto a la demanda externa, detalla que el avance de las exportaciones turísticas se ha frenado menos de lo esperado, mientras que las importaciones han sido "relativamente débiles" en los últimos trimestres por la menor dependencia energética del exterior.
Para el tercer trimestre augura un avance económico del 0,6%, dos décimas menos que el registrado en el segundo trimestre, por el menor dinamismo del empleo y el debilitamiento de la facturación de las empresas, entre otros factores.
Las nuevas proyecciones macroeconómicas del banco apuntan a una moderación del crecimiento en los dos próximos ejercicios como consecuencia de la menor aportación del sector exterior al PIB por la esperada desaceleración del turismo.
Aún así, la entidad ha elevado tres décimas la previsión de crecimiento para 2025, al 2,2%, y dos décimas la de 2026, al 1,9%.
El consumo privado será el componente con una mayor aportación al avance del PIB hasta 2026, fruto de una evolución favorable del empleo, los salarios y la inflación, así como del aumento de la población y de la recuperación de la confianza de las familias.
La inversión también contribuirá en mayor medida al crecimiento del PIB, aunque con "una recuperación más retrasada con respecto a los niveles previos a la pandemia", si bien el posponer decisiones de inversión ha permitido a las empresas sanear su situación financiera.
Esa situación más saneada, junto con el impulso de los fondos europeos y una mejora de las condiciones de financiación, favorecerá la recuperación de la inversión.
De acuerdo con la proyección del Banco de España, la inflación general se moderará hasta el 2,9% en 2024, el 2,1% en 2025 y el 1,8% en 2026, una ralentización que reflejaría, en su mayor parte, la disminución paulatina de la inflación de los alimentos.
La mejora de la producción agrícola también contribuirá a reducir las presiones inflacionarias, aunque la entidad recuerda que en octubre se revertirá parcialmente la rebaja del IVA a algunos alimentos y en enero desaparecerá.
La inflación subyacente (sin energía ni alimentos no elaborados) seguirá moderándose a lo largo de este año y, en promedio, se situará en el 2,8% en 2024, el 2,2% en 2025 y el 1,9% en 2026, debido al menor avance de la demanda y de los costes de producción.
Sin embargo, la eliminación prevista de los descuentos vigentes en el transporte público, prevista para principios de 2025, presionará al alza la tasa de inflación subyacente el próximo ejercicio.
La entidad mantiene la tasa de paro prevista para 2024 en el 11,5% en 2024, mientras que la rebaja al 11% en 2025 y 10,7% en 2026, y señala que su capacidad para disminuir se ve limitada por la moderación proyectada para la creación de empleo y por el notable dinamismo previsto para la población activa, debido a unos flujos de inmigración relativamente elevados.
El Banco de España también insiste en que se debe tener en cuenta el contexto de envejecimiento progresivo de la población trabajadora y el "deterioro" de la capacidad del mercado laboral "para emparejar empresas y trabajadores".
Respecto a los parados de larga duración, hace hincapié en que se ha estancado en el entorno de 1,1 millones de personas (40% del total), lo que sugiere que buena parte de los desempleados son de carácter estructural, lo que dificulta su reducción mediante avances de la actividad de naturaleza cíclica.
El déficit público cerrará en el 3,3% del PIB en 2024 y bajará ligeramente hasta el 3,1% en 2025 y el 3,2% en 2026, mientras que la deuda pública volverá a aumentar en 2026, al 106,3% del PIB en un contexto en el que las nuevas reglas fiscales obligarán a un ajuste presupuestario un ajuste presupuestario de 0,5 puntos porcentuales del PIB al año, destaca la entidad.
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