Economía

Una brújula en tiempos inciertos

  • El Foro Pyme Córdoba, organizado por Banco Popular y Grupo Joly, reflexiona sobre las perspectivas empresariales en una época de cambios constantes y volatilidad económica

Luz en tiempos de neblina e incertidumbre. Reflexión pausada y sensata en un instante histórico marcado por cambios vertiginosos y las crisis que se suceden. Todo eso significó el Foro Pyme Córdoba que, organizado por el Banco Popular y por el Grupo Joly, se celebró ayer en el salón Liceo del Real Círculo de la Amistad cordobés. Allí, un empresario lucentino de éxito, José Torres Tenllado, general manager de la sociedad Infrico, y Marcos Urarte, empresario, consultor estratégico y miembro del TopTen Management Spain, departieron sobre la situación actual de la economía y sobre las perspectivas de futuro. Urarte, que desplegó una dinámica y brillante ponencia, advirtió, eso sí, que el futuro de cada empresa, sea de la dimensión que sea, está siempre en sí misma por mucho que se quiera culpar al entorno o al momento histórico. "Las empresas son fruto de las decisiones, y principalmente las decisiones que no se toman más de las que se toman", explicó. Añadió al respecto que estarse quieto y no hacer nada, y más en tiempos cambiantes como éstos, siempre significa morir, porque si "nosotros no tomamos decisiones, alguien, bien sea la competencia bien sea el cliente, las acabará tomando por nosotros".

El Foro Pyme Córdoba reunió en el Círculo a decenas de empresarios y a buena parte de la cúpula territorial del Banco Popular, que mostró su pretensión de ser una entidad de referencia para el desarrollo económico andaluz y su disposición para dar respaldo a las empresas en estos tiempos de dificultades crediticias. El director de zona de Córdoba y Jaén, Francisco Javier Lumbreras, recordó que la pequeña y mediana empresa representa "un pilar fundamental en el desarrollo productivo del país", donde acaparan el 99,88% del total del tejido económico. "En el Popular lo sabemos bien y por eso hemos estado, estamos y estaremos siempre al lado del pequeño y mediano empresario porque es nuestra seña de identidad", señaló, para luego añadir que éste es "nuestro modelo de negocio, único y diferenciador". "Queremos que la pyme nazca, crezca y se diversifique con nosotros, porque ese es nuestro compromiso con nuestros clientes y con nuestra marca: Avanzar y hacer avanzar", explicó el ejecutivo. De los datos del Banco Popular destacó que el crédito a pymes y autónomos ha aumentado un 24% y a particulares un 9%, por lo que el banco "mejora su cuota de mercado en crédito en 21 puntos básicos desde el tercer trimestre de 2014, hasta llegar al 7,6%". La directora de Popular Banca Privada, Carmen Ortiz, también trasladó durante su alocución un mensaje de optimismo a los empresarios presentes, "ese optimismo -precisó- que habéis abanderado las pymes y sus directivos en nuestro país a lo largo de los duros años pasados, y que si duda ha contribuido a que hoy podamos afirmar que estamos en el buen camino". Ortiz, cordobesa, se valió de una cita de Séneca para decir que "la desgracia no quebranta al hombre valiente". El acto estuvo presentado por el director deEl Día de Córdoba, Luis Javier Pérez-Bustamante, que también resaltó el valor de las pymes en la provincia.

La parte central del Foro la acapararon sin embargo los dos principales protagonistas: José Torres y Marcos Urarte. El primero, general manager de la sociedad de Lucena Infrico, analizó la situación actual desde la perspectiva de su grupo, que se dedica al sector del frío industrial a través de dos sociedades principales: la mencionada Infrico e Impafri, dedicada a la fabricación de recintos alimentarios a partir de panel isotérmico desmontable y equipos frigoríficos. Torres recordó los orígenes de esta compañía, que nació en los 80 por el esfuerzo emprendedor de varios socios de una cooperativa precedente, y evocó la evolución de la firma, que ha logrado colocarse en una posición de liderazgo en España. Ahora mismo exporta sus productos a 89 países del mundo, con lo que la venta al exterior supone a día de hoy en torno al 60% de la producción. El industrial lucentino reveló que cuentan con centros de producción u distribución propios -bien sea por adquisición, por creación propia o a través de socios del lugar- en varios países como Estados Unidos, Francia, Chile o Arabia Saudí. José Torres también explicó algunas circunstancias que han permitido que Infrico haya resistido con fortaleza, y a pesar de algunas "decisiones dramáticas" que hubo que tomar, las turbulencias propias de un periodo económico de recesión e inestabilidad. Una de ellas, por ejemplo, fue el que el sector del frío lucentino se uniese para crear en la zona empresas suministradoras de equipos básicos, lo que permitió abaratar los costes y aumentar la competitividad; otra, renovar la fórmula de venta en el año 2008, cuando la competencia del mercado chino comenzó a ser evidente. "En tal contexto, decidimos abandonar la idea de un catálogo muy homogéneo y comenzamos a trabajar por pedido con el fin de adaptarnos a las necesidades del cliente y ganar en valor añadido", explicó el empresario. Torres recordó en cualquier caso que si su empresa ha aguantado las amenazas que sobre ella se han cernido ha sido por la apuesta decidida y constante por la innovación y por la apertura de mercados. Del mismo modo, confió en que la celebración de las elecciones generales del próximo 20 de diciembre ponga fin a un año de inestabilidad política, que, a su juicio, ha influido en que la situación económica haya sufrido "fluctuaciones constantes".

La visión práctica de José Torres se vio completada con la conferencia más teórica, pero muy didáctica, que impartió Marcos Urarte. El empresario y consultor trató de dibujar un panorama del mundo económico presente, que desde hace tiempo se define por el acrónimo VUCA, procedente del contexto militar norteamericano y que define, por sus denominaciones en inglés, a una sociedad volátil, incierta, compleja y ambigua. Ahí es donde el empresario actual se mueve, y bajo lo que el especialista denominó como un tsunami tecnológico. "Toda época es incierta y compleja, pero la diferencia es que ahora los cambios se producen con una velocidad vertiginosa", precisó. Del filósofo Emmanuel Kant se sirvió también al decir que "se mide la inteligencia por la capacidad de soportar incertidumbre que tiene cada individuo".

Urarte, en cualquier caso, explicó que conocer las tendencias macroeconómicas es vital para afrontar el futuro y posicionarse, por lo que trazó una mirada amplia hacia el horizonte del mañana con una sociedad muy tecnificada en todos los ámbitos. Habló, por ejemplo, de los avances médicos y el negocio de la inmortalidad, y aventuró que puede que en este mismo siglo la esperanza de vida humana supere incluso los 400 años. También mencionó la robótica y los diferentes usos que se la van dando en una sociedad cada vez más tecnificada, o la revolución que comienzan a suponer las impresoras 3D, que incluso permiten copiar "pizzas comestibles", sin olvidar la influencia de la redes sociales. Según Urarte, en el futuro "un tercio del trabajo actual que realizan los humanos lo harán maquinas", mientras que el 70% de los bebés de hoy se dedicarán en su edad adulta a empleos que hoy "ni siquiera conocemos".

En tal contexto volátil e impredecible, el especialista recomendó a los empresarios que analicen la situación de sus compañías, y no sólo sus balances, y que no esperen a que hayan muerto para realizar la autopsia, "que es lo común". Urarte advirtió que los principales enemigos en este aspecto son "la autoconfianza y la arrogancia", el pensar que lo que hoy funciona funcionará siempre. Para ello, recordó casos de sonados colapsos empresariales de empresas líderes como el de Kodak. Urarte también avisó de que, en cuanto los recursos humanos, lo más inteligente es rodearse de "gente más talentosa que uno" e hizo una curiosa división entre trabajadores motivados (que según él son un 18%), vegetativos (un 60%), amargados (un 22%) y saboteadores (un 6%).

Con todos estos datos sobre la mesa, el consultor alertó de que la única manera de sobrevivir pasa por cuestionarse todo de forma constante. Y recordó que la innovación, no sólo técnica sino de modelo de negocio, es irrenunciable, al igual que "jugar al póquer con la competencia para intentar prever sus movimientos". "Lo que debe quedar claro es que estarse quieto no es una opción", recalcó antes de decir que conviene dejar de vez en cuando el reloj (en referencia a la eficiencia) para reorientar los negocios con la brújula. Lecciones, pues, y luces en un tiempo económico ingrato, en el que, sí, la derrota empresarial es algo muy posible si no se acierta. Aunque, según Urarte, "incluso derrotado hay que intentar fastidiar lo que se pueda al enemigo".

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