Economía

Los ejecutivos de Wall Street reconocen la "ira" popular por el desastre financiero

  • Ocho responsables de entidades financieras han comparecido ante el Congreso para rendir cuentas sobre el uso que han dado de los 165.000 millones de dólares que recibieron.

Ejecutivos de las firmas de Wall Street que se han acogido al rescate del Gobierno reconocieron la "enorme ira" de los ciudadanos ante el desastre del sistema financiero y se comprometieron a restablecer la estabilidad del sector.

En total, ocho ejecutivos de instituciones financieras fueron convocados a la audiencia para rendir cuentas sobre el uso que han dado de los 165.000 millones de dólares que recibieron del Congreso.

El monto es parte del paquete de rescate financiero de 700.000 millones de dólares que el Congreso aprobó en octubre de 2008 para que, a través del Departamento del Tesoro, se atajara la crisis de liquidez de los bancos. Casi todos llegaron al Congreso con testimonios cargados de arrepentimiento y el compromiso de trabajar con los legisladores para corregir los fallos del sistema.

Al inicio de la audiencia, el presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, Barney Frank, les instó a que cooperen "de buena gana" y den señales a la opinión pública de que no sólo entienden la "ira" sino que "están dispuestos a hacer sacrificios para que esto funcione". Así, el principal ejecutivo de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein afirmó que jamás había visto "un abismo más grande entre la industria de servicios financieros y el público".

Blankfein reconoció la "enorme ira del público" por el colapso del sector financiero el año pasado y la continua percepción de la opinión pública, a veces "con justa razón", de que "Wall Street perdió de vista sus amplias obligaciones públicas". Asimismo, el ejecutivo dijo durante la audiencia que está comprometido con la corrección de "ciertas prácticas" y el restablecimiento de la "estabilidad y vitalidad" del sector financiero.

Por su parte, Kenneth Lewis, el ejecutivo de Bank of America, uno de los principales receptores de la ayuda federal, reconoció que los contribuyentes "quieren que manejemos nuestros gastos cuidadosamente y proveamos transparencia sobre cómo estamos utilizando su dinero para reactivar la economía". "Estas expectativas son adecuadas y estamos trabajando para responder a ellas", aseguró Lewis, al añadir, como ejemplo, que en 2008 él y otros ejecutivos de alto nivel renunciaron a recibir bonificaciones y otros recibieron pagos reducidos en un promedio del 80 por ciento.

Mientras, el principal ejecutivo de Morgan Stanley, John Mack, dijo que la crisis de liquidez de Wall Street ha dejado en claro la urgencia de "un cambio profundo" en el sistema. Su empresa en particular, señaló, ha incrementado la transparencia, modificado la estructura de cómo distribuye las compensaciones, y en general ha disminuido el riesgo. Sin embargo, Mack reconoció que aún queda mucho camino por andar para reconquistar la confianza del público, de los inversores y de las autoridades. Tras la ayuda extendida por el Gobierno federal, la meta sigue siendo "pagarle por completo a los contribuyentes en cuanto sea posible".

En ese mismo sentido, Jamie Dimon, de JPMorgan Chase, dijo que apoya una propuesta para la creación de un agente que supervise a los mercados financieros estadounidenses, poniendo especial atención en los riesgos al sistema. Según Dimon, esa estrecha supervisión contribuiría a responder a algunas de las "debilidades" del sistema y a "cerrar las brechas" en el sistema regulatorio que dieron pie a la situación actual.

El republicano de mayor rango en el Comité, Spencer Bachus, dijo a los banqueros que todos tienen que poner de su parte para "recuperar la confianza" de la opinión pública.

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