Economía

El emprendedor, motor del cambio en las tendencias económicas

Fernando Bayón Mariné

Director General EOI Escuela de Organización Industrial

Hasta finales de 2007, el desarrollo de la economía favoreció la creación de nuevas empresas así como la permanencia de las existentes, de tal manera que el número de empresas crecía de forma regular. El tejido empresarial español se caracterizaba por una significativa expansión, siendo  Andalucía uno de los puntales en su crecimiento, y prácticamente dos de cada diez nuevas empresas en ese periodo ubicaron su sede en Andalucía.

Sin embargo en 2008, la tendencia de crecimiento cambió radicalmente y se produjo un descenso significativo en el número de altas y un aumento en el de bajas. En esas fechas el tejido empresarial andaluz (522.815 empresas activas en enero de 2008) se incrementó en tres puntos porcentuales menos que en 2007. Según el Directorio Central de Empresas (DIRCE) elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la participación del tejido empresarial andaluz en el conjunto de la economía nacional situó a Andalucía en el tercer lugar, por detrás de Madrid y Cataluña, aunque en una proporción inferior a la que le corresponde por población.

Si tenemos en cuenta que el tejido empresarial andaluz se caracteriza por una elevada atomización, el tamaño más reducido y la frecuencia de empresas unipersonales, y que en la estructura económica regional tiene especial significación el comercio, la hostelería y el sector agroalimentario, convendremos en la necesidad de reformas estructurales, así como de incentivos a la inversión que lleven a la creación de empleo y que generen un mayor crecimiento.

Datos recientes así lo acreditan. El Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía publicó recientemente los resultados de los Indicadores de Confianza Empresarial de Andalucía elaborados en colaboración con el Consejo Andaluz de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación y el INE, que nos revelan la situación económica actual de Andalucía y su evolución a corto plazo, bajo la percepción de empresarios, emprendedores y autónomos. De sus datos se extrae que sólo el 7,7% de los establecimientos empresariales son optimistas sobre la marcha futura de su negocio en 2013, mientras que el 56,9% son pesimistas.

Si nos centramos en sectores, si bien, los balances de situación son desfavorables en general, los balances de expectativas registran una mejora en todos los sectores, salvo en construcción.

Estos datos son fiel reflejo de la situación a nivel andaluz pero perfectamente extrapolables a nivel nacional. La actual crisis económica sigue siendo uno de los temas que más preocupa a la sociedad española y andaluza. No en vano el progresivo descenso, desde 2008, del número de empresas está repercutiendo de forma negativa en la creación de empleo y en la generación de riqueza. Por ello, se hace cada vez más necesaria la puesta en marcha de nuevos proyectos que cambien la estructura productiva de la región.

El emprendedor ya no sólo busca explotar oportunidades, sino que emprender pasa a ser una necesidad. La innovación, sea de base tecnológica o no, debe pasar a ser el centro de las estrategias empresariales.

Está claro que la evolución de la economía andaluza se encuentra muy condicionada por el comportamiento de la economía española, con la que mantiene fuertes vínculos, como refleja el hecho de que las dos terceras partes de las exportaciones de Andalucía van destinadas al resto de España, y la mitad del turismo en la región es de procedencia nacional. Para este año, la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, prevé un descenso real del PIB del 1,2% en Andalucía, cuatro décimas mejor al estimado para el presente año (-1,6%) por Analistas Económicos de Andalucía, y en un entorno de caída del 1,4% en España según datos de la Comisión Europea. El panorama en la región es, pues, claro: el progresivo deterioro del clima económico está influyendo notablemente en el fuerte freno que experimenta el sector empresarial.

Aunque la demografía empresarial en Andalucía ha mostrado un positivo avance en los últimos años, la densidad empresarial sigue siendo inferior a la media nacional. Factores como dificultades en la financiación, la debilidad de la demanda, el aumento de la competencia, las trabas burocráticas o  las barreras para la creación de empresas ralentizan el crecimiento empresarial en Andalucía. Pero es en estos momentos de dificultades, de crisis, donde ha de emerger la figura del emprendedor, como motor del cambio en las tendencias económicas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios