Colonial subió ayer un 10% en Bolsa ante la próxima toma de acciones de la inmobiliaria por parte de los bancos acreedores de los dos principales accionistas de la compañía, Luis Portillo y Nozar. Los títulos de la inmobiliaria registraron la mayor subida de la sesión y cerraron a 0,88 euros por acción, tras oscilar entre un mínimo y un máximo de 0,81 y 0,88 euros por acción.

Los inversores reaccionaron así a las noticias sobre la próxima toma de acciones de Colonial por parte de los bancos acreedores de los dos mayores socios de la compañía. Las entidades negocian sindicar las acciones de la inmobiliaria con lo que se quedarán, si bien su participación conjunta en la empresa no superará el umbral del 30% establecido como obligatorio para formular una oferta pública de adquisición (OPA).

Así lo indicó ayer a la CNMV La Caixa, uno de los primeros acreedores de Portillo. Fuentes conocedoras de la operación indicaron que el traspaso de títulos podría quedar cerrado esta misma semana.En virtud de la operación, el empresario sevillano saldría de la empresa que controló, de la que fue presidente y en la que actualmente tiene un 29%, mientras que Nozar mantendrá una participación de alrededor del 5%. Portillo y Nozar solicitaron en su día créditos a los bancos para comprar acciones de Colonial poniendo como garantía las mismas acciones de la inmobiliaria que compraron, títulos que ahora pasarán a manos de los bancos. La deuda de Portillo relacionada con su participación en Colonial asciende a 1.473 millones de euros con unas quince entidades, si bien en la actualidad, ya ha ejecutado títulos con alguna de ellas.

Los mayores importes de préstamo están suscritos con La Caixa y Banco Popular. En cuanto a Nozar, su crédito asciende a alrededor de 460 millones. De este importe, 252 millones están contraídos con Natixis, Royal Bank of Scotland, Gaesco, Caixa Galicia y JP Morgan, y otros 205 millones de euros con Reyal Urbis.

La venta de acciones a los bancos es la salida que los dos máximos accionistas de Colonial tomaron tras fracasar los intentos de venta de sus participaciones al fondo de inversión del Gobierno de Dubai. En paralelo, la inmobiliaria trata también de solventar sus problemas mediante la venta de la participación del 84% que tiene en la patrimonialista francesa Société Foncière Lyonnaise.