Tribuna Económica

Joaquín / aurioles

El paro estacional

SEGÚN el INEM, el mes de octubre se cerró con 82.327 parados más que en septiembre. Un dato muy negativo, según unos, pero mucho más positivo para otros porque se presenta acompañado de un aumento en la afiliación a la Seguridad Social (31.652 más que en septiembre). La combinación sólo es comprensible en el contexto de un aumento de la precariedad laboral, es decir, de las contrataciones temporales, que es el principal elemento de crítica de los primeros frente a los segundos, que insisten en la conveniencia de considerar el acumulado del año, que refleja una reducción en 350.435 en el número de desempleados. El desconcierto al que interpretaciones tan dispares y sectarias, por parciales, someten al observador interesado alcanza su plenitud cuando finalmente se añade que la valoración correcta del dato debe hacerse en términos desestacionalizados, es decir, descontando el efecto que tienen los acontecimientos que se repiten todos los años por las mismas fechas.

Desde hace algún tiempo, octubre es considerado un mal mes para el empleo, por lo que la interpretación del dato en bruto suele conducir a valoraciones más negativas de lo razonable, aunque la pretensión de convertir un mal dato en bueno, y viceversa, mediante la eliminación del componente estacional, puede resultar igualmente perverso. Si nos fijamos en lo ocurrido desde el comienzo de la crisis, el tamaño del paro registrado en el mes de octubre ha sido, como promedio, superior al del conjunto del año en 85.921 personas. Si del paro registrado en octubre de 2015 se descuenta esta cifra, nos encontramos con que, en términos desestacionalizados, el número de parados se habría reducido en 3.594 personas. La conclusión sería que el comportamiento del mercado de trabajo durante el pasado mes de octubre habría sido básicamente normal, aunque la valoración podría variar significativamente en función de las referencias que tomemos para la comparación.

Por ejemplo, si en lugar de la cifra media de parados a lo largo del año, tomamos una media móvil de 12 meses, es decir, la media de los seis meses anteriores y posteriores al mes en cuestión, el volumen de desempleo en octubre durante la crisis habría sido, como promedio, de 90.055 parados más que en el conjunto del año, lo que llevaría a valorar de manera todavía más positiva el dato del pasado mes. El resultado cambia radicalmente si, en lugar de los años de crisis, tomamos como referencia el ciclo completo transcurrido durante los últimos 20 años, desde el comienzo de la recuperación de las crisis de los 90. Tanto si se utiliza la media anual como la media móvil para la comparación, el resultado es que entre 1996 y 2007 el desempleo en octubre ha sido normalmente inferior al dato anual, lo que obligaría a desterrar la idea de que octubre ha sido siempre un mal mes para el empleo y a calificar como definitivamente negativo el dato de octubre de 2015.

En cualquier caso, si los datos de desempleo influyen en el estado de ánimo, es probable que la convocatoria de elecciones generales el 20-D por parte de Rajoy, resulte más propicia a sus intereses que la del 20-N de Zapatero, hace cuatro años.

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