Los Barrios

La producción de Acerinox Europa cae por el exceso de acero y la guerra de aranceles

  • El grupo Acerinox logra su mejor resultado en una década con 237 millones de beneficios gracias al empuje de su filial norteamericana

  • La compañía espera una mejora en los resultados en este semestre

Vista aérea de la factoría de Acerinox en Los Barrios.

Vista aérea de la factoría de Acerinox en Los Barrios. / acerinox

Acerinox cerró el año 2018 con su mejor resultado en una década, 237 millones de euros, y con un aumento de la facturación hasta los 5.011 millones, pero también con un menor Ebitda y menos producción de acería y laminado en caliente derivados de un brusco deterioro del mercado en el cuarto trimestre. Esa distorsión se cebó con la fábrica de Los Barrios, que vio caer su producción y márgenes a unos niveles inesperados. También registraron malos resultados Columbus y Bahru Stainless, mientras que la filial North American Stainless, que sí se beneficia de las medidas arancelarias de EEUU sobre las compras de acero, tiró de los resultados del grupo. En este primer semestre se espera recuperar parte del terreno perdido.

La volatilidad es el “new normal . Así resumía ayer el consejero delegado de Acerinox, Bernardo Velázquez, lo vivido en el último año por la compañía acerera. El ejercicio comenzó con buenas perspectivas pero en su mitad vio como estas tornaban en un estado de incertidumbre sobre la situación económica, caída de las bolsas y el mercado del acero, con una fuerte corrección de la demanda, bajada de las materias primas y altos inventarios. A la sobrecapacidad china se le había sumado Indonesia, generando un exceso de oferta con efectos muy negativos en los precios.

El cambio llegó en un momento de fuerte presión de las importaciones tras la entrada en vigor de los aranceles al acero impulsados por el presidente de EEUU, Donald Trump, que fueron seguidos por limitaciones similares en otros países y por unas medidas de salvaguarda en la Unión Europea. Estas medidas, correctas pero ineficazmente aplicadas a juicio del grupo, lograron el efecto contrario al que perseguían: un aumento del peso del acero importado en Europa hasta un 30% del total.

Esta tormenta inesperada obligó a la empresa a demostrar su capacidad de reacción, destacaban ayer sus directivos. Se apostó por reducir deuda y costes. En ese escenario hubo que reducir la producción en la factoría de Palmones (también en Sudáfrica), que cerró 2018 con 782.000 toneladas de acería, un 5,44% inferior al año anterior. También cayeron la laminación en caliente, con 653.000 toneladas producidas (-7,11%), y la laminación en frío, con 457.000 toneladas (-7,30%). Bajaron la producción y los márgenes, fuertemente afectados en una fábrica con unos costes fijos elevados, sobre todo energéticos, que suponen un importante porcentaje del total y siguen al alza.

La caída se produjo precisamente en un año de fuerte inversión; buena parte de los 144 millones de euros invertidos por Acerinox en 2018 fueron para la nueva línea de recocido y decapado (AP5) de Los Barrios. También se produjo el revamping (modernización) de la AP3 y se aprobaron inversiones por valor de 14,5 millones de euros para la adquisición de un horno cuchara y una bóveda refrigerada para el horno eléctrico número 2.

La compañía espera ahora una mejoría a lo largo del primer semestre. Las nuevas medidas de salvaguarda establecidas por la UE “están funcionando muy bien”, explica Miguel Ferrandis, director financiero de Acerinox, y los inventarios en Europa se han situado ya en niveles normales. Sumados al aumento del precio del níquel impulsarán una mejora en la situación de los mercados que se notará en el segundo trimestre del año.

En el caso de Los Barrios, 2019 será el año de la entrada total en funcionamiento de la nueva línea de recocido y decapado, destinada a fabricar un producto de una calidad excepcional. Como recuerda el director de Producción de Acerinox, Antonio Moreno, permite a la factoría abordar un mercado al que antes no llegaba: los espesores más finos, de 0,3 milímetros, en los que hay un nicho muy importante. “Probablemente es la mejor línea del mundo en su sector”, afirma el director, que destaca el rendimiento, del doble de la anterior. También está dando muy buen resultado la renovación de la AP3, cuyo nivel de incidencias “se ha reducido 8 veces”.

Quedaría pendiente la ejecución de la AP6, el siguiente proyecto para la fábrica de Palmones. Pero en la situación actual este tendrá que esperar, confirman desde la empresa, que prevé mantener la inversión del grupo en el entorno de los 170 millones de euros. Sí se está planteando ya la renovación de las dos primeras líneas de la filial norteamericana.

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