Elecciones Municipales 22-M

Campaña en crisis y sin grandes promesas para 163.453 electores

  • Los principales alcaldables, que repiten por terceras municipales consecutivas, han tirado de sentido común y sólo ofrecen, en general, propuestas realistas · El PP debe doblar los votos de 2007 para alcanzar la absoluta

La suerte está echada y, a diferencia de otras campañas electorales con muchos fuegos de artificio propios de tiempos de bonanza, en esta ocasión parece que no quedará más remedio que hacer imperar la cordura y el sentido común a la hora de prometer lo que sí permita la crisis que se pueda cumplir. Los mismos actores protagonistas se vuelven a dar cita por tercera vez consecutiva en una película con un final insospechado. A día y medio para que la campaña electoral para las municipales del próximo 22 de mayo arranque de manera oficial con la típica pegada de carteles, los candidatos y candidatas de los diferentes partidos velan armas con un escenario totalmente abierto y rodeado de incertidumbre. Nadie a día de hoy es capaz de predecir sin titubear qué ocurrirá, qué resultados lógicos, o no, emanarán de las urnas.

Si partir en posiciones de gobierno normalmente ha sido garantía para ser favorito en las municipales, en esta ocasión se da la circunstancia de que la líder del principal grupo de la oposición, la alcaldable popular, María José García-Pelayo, emerge con cierta ventaja, siempre según algo tan relativo como las encuestas, frente a su principal adversaria, la alcaldesa y candidata a la reelección por el PSOE, Pilar Sánchez, que arrastra el tremendo desgaste de una crisis global sin precedentes y la erosión de una gestión salpicada de luces y sombras en los últimos cuatro años de gobierno en mayoría absoluta. Pedro Pacheco (Foro), Joaquín del Valle (IU) y Santiago Casal (PSA+PA) se posicionan como grandes animadores, y posibles llaves de gobierno en un futuro próximo, de una campaña con un total de once candidaturas (récord en la provincia junto a Chiclana) y un censo electoral de 163.453 electores, 3.594 más que en la última convocatoria, los cuales decidirán quiénes están llamados a dirigir los designios de la ciudad en los próximos cuatro años. Precisamente en la participación y la abstención estarán las claves del desenlace de la jornada electoral del 22-M. En los últimos cinco comicios locales, sólo algo más de 5 de cada 10 jerezanos ejercieron su derecho al voto. En 2007, la última referencia, hubo un 57,98% de electores y un 42,02% de abstención.

A la vista de los datos de las municipales de hace cuatro años, el PP de Pelayo necesitaría doblar sus resultados de aquel entonces (23.599 votos) para arrebatar la mayoría absoluta al PSOE, un vuelco electoral sin precedentes en tan corto espacio de tiempo. Desde las propias filas populares admiten que "no va a ser fácil llegar a catorce ediles partiendo de los siete actuales", aunque lógicamente es solo un comentario de puertas adentros que no se deja traslucir en el empeño de la candidatura por alcanzar el objetivo de gobernar sin ataduras. A esa teórica quimera popular, y a "san D' Hondt", se aferran desde la formación con sede en calle Sevilla para seguir albergando la esperanza de mantener el poder. "Bajamos en las encuestas que tenemos pero volveremos a ser la fuerza más votada", ha llegado a reconocer recientemente Pilar Sánchez. Por lo demás, casi todos coinciden en la subida en mayor o menos medida de Izquierda Unida, de nuevo liderada por Del Valle -que dijo en 2007 que se iba pero que finalmente lo repensó a petición de los suyos-, mientras que también señalan que a la coalición andalucista le costará Dios y ayuda mantener la representación. Pero si alguien es objeto de debate en cafés y mentideros es el exalcalde. Todos miden como una incógnita qué futuro deparará a Pacheco y al Foro en los próximos comicios. Hay quien opina que lo mismo hace saltar la banca y regresa por todo lo alto, que igual sucumbe por segunda vez y difícilmente llega a los 2-3 concejales. Veremos, en todo caso.

Con la peculiaridad del tiempo muerto que representará la inminente Feria del Caballo en la campaña electoral, las formaciones políticas se esfuerzan estos días por desenrollar de forma ordenada sus planes de futuro para la ciudad en forma de propuestas programáticas. En el municipalismo es todo mucho más pragmático, por lo que las ideologías prácticamente se difuminan en pos de una apuesta muy similar ante los grandes temas de ciudad: empleo y modelo económico, vivienda, servicios públicos, situación de crisis y colapso en el Ayuntamiento... Hasta el momento, ningún partido se ha salido del guión con propuestas grandilocuentes. La crisis no permite estridencias ni más humo del recomendable. Habrá que ver si mantienen el tono, a veces demasiado plano y monocorde, de la precampaña o conforme se acerque la cita electoral el debate se acalora.

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