Elecciones

La ciudad que está por hacer

  • El nuevo gobierno de la capital heredará problemas, retos y proyectos en desarrollo que a pesar de los ocho años de alcaldía de Torres Hurtado no se han podido completar o se han iniciado en la recta final

Unas elecciones municipales no siempre son un punto y aparte. La ciudad tiene problemas y proyectos que trascienden de los paréntesis de cuatro años de cada mandato, aún cuando un gobierno lleva ya ocho años seguidos en el poder, como es el caso del PP en el Ayuntamiento de Granada. La remodelación del transporte público, la peatonalización del Centro, la rehabilitación del Albaicín y Sacromonte o la reforma completa de Santa Adela son algunos de los grandes retos que herederá el nuevo gobierno.

Al margen de los nuevos proyectos para la ciudad que cada partido ponga sobre la mesa durante esta campaña electoral, hay muchos frentes que se han quedado abiertos y que tendrá que retomar el gobierno que resulte tras el 22-M, ya sea en forma de continuidad o con una nueva manera de gestionarlos.

Uno de los grandes retos de la ciudad en el futuro inmediato es la remodelación del tráfico. La próxima incorporación del Metro a la red de la ciudad obligará al Ayuntamiento a configurar los medios de transporte públicos y su interacción con el tráfico privado. Se trata de un trabajo muy importante, dado que el Metro se ha convertido en la gran esperanza para aliviar el tráfico en una urbe que también soporta el flujo de viajeros de otros municipios del Área Metropolitana.

El Ayuntamiento ha trabajado en la última década en una progresiva peatonalización del Centro de la ciudad, que tiene aún mucho camino por recorrer. El gobierno del PP ha remodelado calles durante estos últimos años siempre con la perspectiva de favorecer la peatonalización, eliminando los desniveles entre las aceras y la calzada. Esta peatonalización actualmente es más una restricción de tráfico privado, pues se mantiene el paso del transporte público de forma continua.

Otro de los grandes proyectos que ha desarrollado el gobierno municipal durante los últimos años es la remodelación del barrio de Santa Adela. Esta iniciativa, que consiste en derribar y reconstruir estos viejos edificios de viviendas, se ha convertido en una enseña del ejecutivo del PP. Pero el proyecto es largo y está dividido en cinco fases que no se han podido concluir, entre otras cosas, porque la crisis económica ha venido a incidir de forma directa en la posibilidades de inversión municipal.

Desde el primer mandato de Torres Hurtado (2003-2007) el Ayuntamiento ha promovido una revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), a fin de ampliar las posibilidades de expansión de la ciudad. Después de ocho años la puerta sigue cerrada, pues esto requiere un acuerdo importante con la Junta de Andalucía, que tiene la competencia para aprobarlo.

La paralización del sector de la construcción y las nuevas posibilidades que la ley ha dado a los municipios para hacer modificaciones puntuales del PGOU han hecho que en los últimos años el gobierno de Torres Hurtado haya dejado la revisión completa del plan en un segundo plano.

No obstante, hay asuntos urbanísticos que quedan en el aire y que también se tendrán que decidir en los últimos años. Por ejemplo, la ubicación del ferial, que desde 2003 sigue de prestado en los terrenos de Almanjáyar que ya no son de propiedad municipal. La Junta y el Ayuntamiento tienen que ponerse de acuerdo para habilitar una nueva zona que el PP pretende que sea un parque urbano durante el resto del año. También están a la espera desde el punto de vista urbanístico otros asuntos como el traslado de Cervezas Alhambra o el Parque del Milenio.

En el ámbito del turismo, que es uno de los principales motores de la economía granadina, el gobierno municipal ha dejado inconcluso una de sus apuestas, que es la privatización de la gestión del Palacio de Congresos, que también cuanta con el visto bueno de la Junta de Andalucía. Esto se podría haber adjudicado ya, a principios de año, pero el concurso quedó desierto y este tema ha quedado pospuesto para los próximos cuatro años.

También queda por gestionar buena parte del Plan de Turismo de la ciudad, que se nutre de subvenciones, aunque también tiene financiación local y autonómica.

La línea seguida hasta ahora es la de usar la mayor parte de ese dinero para proyectos que permitan rehabilitar el patrimonio de la ciudad y ponerlo a disposición del turismo. Es el caso del Cuarto Real de Santo Domingo, cuyas obras quedan pendientes para los próximos años. También está prevista la revitalización del Sacromonte como núcleo de especial interés turístico. Pero buena parte de las acciones que se podrían desarrollar allí dependen del desarrollo urbanístico, paralizado por la modificación del PGOU y por la eterna revisión del Plan Albaicín.

La gestión de este barrio Patrimonio de la Humanidad es otro de los grandes retos para la ciudad en los próximos años. Para empezar necesita sacar adelante el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI), cuya revisión se inició hace más de seis años. Es el documento que determinará los usos permitidos en el futuro, las protecciones y las comunicaciones. En el aire están mientras tanto proyectos como el enlace hacia el Sacromonte por la Carretera de Murcia, una posible peatonalización para la Carrera del Darro o la construcción de aparcamientos en el barrio.

También queda en el aire la conexión entre la Alhambra y la ciudad, que el gobierno de Torres Hurtado proponía a través de algún tipo de medio mecánico.

En el apartado de deportes, el siguiente mandato será definitivo en la preparación de la Universiada de 2015, que es el mayor evento deportivo esperado.

El Ayuntamiento también tendrá que invertir en el estadio de Los Cármenes para llevar a cabo una ampliación que permita aumentar la capacidad para el público.

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